En un sorprendente giro de los acontecimientos, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023) ha admitido que consideró la posibilidad de implementar un decreto para ordenar una intervención militar después de su derrota en las elecciones de 2022. Durante una entrevista con el portal UOL, Bolsonaro explicó que aunque la medida no se llevó a cabo, el plan estaba respaldado por la Constitución.

El expresidente, actualmente bajo la mirada de la justicia, defendió la legalidad de sus planes tras la victoria del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva. "¿Discutir uno de los artículos de la Constitución es un crimen?", cuestionó Bolsonaro, quien se siente acorralado por las acusaciones de la Policía, que lo señala por intentar orquestar un golpe de Estado.

Entre las medidas que se contemplaron, Bolsonaro mencionó la posibilidad de declarar un estado de sitio y movilizar a las fuerzas militares bajo el amparo de la carta magna. Un borrador de decreto, descubierto por las autoridades en la residencia de un exministro, habría autorizado el uso de la fuerza militar para "restaurar el orden constitucional", argumentando que el Tribunal Supremo y el Tribunal Superior Electoral habían tomado decisiones inconstitucionales que afectaron las elecciones.

A pesar de estas revelaciones, Bolsonaro rechaza cualquier acusación de haber planeado un golpe de Estado. Además, negó tener conocimiento de supuestos planes por parte de militares para eliminar a Lula y al magistrado Alexandre de Moraes, responsable de varios casos judiciales en su contra.

"No estoy en deuda con la Justicia por mis actos", afirmó Bolsonaro, aunque sus palabras evidencian una creciente preocupación sobre su posible arresto, mencionando que podría ser víctima de "arbitrariedades" judiciales. La sombra de un posible asilo político también fue tema de conversación, sugiriendo que si realmente estuviera en problemas, podría haber optado por refugiarse en una embajada.

A pesar de los escándalos y las inhabilitaciones políticas que ha enfrentado, Bolsonaro tiene la mirada fija en el futuro, anunciando su intención de postularse nuevamente en las elecciones de 2026. Esta ambición se da en un contexto donde enfrenta serias acusaciones de socavar la democracia brasileña.

La situación se complica aún más con la noticia de que la Policía ha presentado cargos contra 36 personas, que incluyen a varios altos mandos militares y exministros de su gobierno, con cargos que van desde la abolición violenta del Estado Democrático de Derecho hasta asociación ilícita. Mientras Brasil atraviesa un momento crítico, muchos se preguntan: ¿Qué pasará a continuación en este dramático capítulo de la política brasileña?