La Superintendencia de Medio Ambiente ha tomado la drástica decisión de prohibir a una iglesia evangélica en Concepción el uso de parlantes y cualquier equipo de amplificación. Esta medida fue implementada tras numerosas quejas de los vecinos del sector Las Princesas, quienes denunciaron los altos niveles de ruido durante los cultos de la Iglesia Pentecostal "Ha de venir".

El nuevo alcalde de Concepción, Héctor Muñoz, se pronunció sobre el asunto afirmando que es vital respetar las decisiones de las autoridades. Sin embargo, también enfatizó la importancia de la libertad de culto y manifestaciones, creando un delicado balance entre el respeto a los derechos de los vecinos y la libertad religiosa.

La polémica se originó a raíz de una investigación que comenzó luego de las quejas de los residentes sobre las molestias ocasionadas por la música y los sermones amplificados. En noviembre, un equipo de la Superintendencia visitó el sector para verificar las acusaciones.

La inspección confirmó que los niveles de ruido en el área superaron las normas establecidas, arribando a registros de 14, 21 y hasta 24 decibeles, lo que motivó esta prohibición inmediata. Los representantes de la iglesia deberán reprogramar sus actividades y cumplir con las siguientes exigencias:

1. **Reprogramación de cultos:** La iglesia deberá limitar sus actividades a horarios específicos. Los cultos podrán realizarse de lunes a viernes entre las 08:00 y las 20:00 horas, y sábados y domingos de 12:00 a 19:00 horas. Esta reprogramación debe presentarse dentro de los primeros cinco días hábiles a partir de la notificación de la resolución.

2. **Informe técnico:** Será necesario elaborar un diagnóstico acústico que analice el sistema de amplificación existente, incluyendo el número de equipos, potencia y distribución del sonido, así como las características de la infraestructura del templo.

3. **Implementación de mejoras:** Se deberá implementar las mejoras recomendadas en el informe técnico, lo que debe hacerse dentro de un plazo de 15 días hábiles. Esto incluye la colaboración con un profesional que respaldará las propuestas.

Esta decisión ha generado una ola de debate en la comunidad, con algunos residentes apoyando la medida para mantener la tranquilidad del vecindario, mientras que otros critican esta acción como un ataque a la libertad religiosa. ¿Qué opinas sobre esta controversia? Comparte tus pensamientos.