Este viernes, las autoridades surcoreanas decidieron cancelar la operación para arrestar al presidente Yoon Suk-yeol, quien está siendo investigado por haber declarado la ley marcial en diciembre pasado. La situación se complicó debido a la obstrucción de su propio servicio de seguridad en la residencia presidencial de Seúl.

Un portavoz de la Oficina para las Investigaciones de Corrupción de Funcionarios de Alto Rango (CIO) informó que el enfrentamiento con el servicio de seguridad presidencial se prolongó durante tres o cuatro horas, y que, dado el punto muerto, se hizo prácticamente imposible llevar a cabo la orden de arresto.

"Nos preocupaba la seguridad de las personas en el lugar debido a la obstrucción", declaró el portavoz, quien también expresó su descontento por la actitud del presidente, que ha ignorado tres citaciones para declarar. El presidente Yoon ha sido un personaje controvertido en la política surcoreana, y esta situación genera aún más incertidumbre sobre su gobierno y su futuro político.

Aproximadamente 1,200 seguidores de Yoon se reunieron en las cercanías de su residencia para mostrar su apoyo, celebrando la noticia de la cancelación del arresto. Por su parte, la policía desplegó un fuerte contingente de 2,700 agentes en el área para prevenir cualquier posible altercado.

Los abogados de Yoon han argumentado que la orden de detención es ilegal, subrayando que solo la Fiscalía tiene la autoridad para solicitar dicho arresto. Esta situación ha llevado a un clima de tensión en el país, donde la confianza en las instituciones está siendo puesta a prueba.

Mientras tanto, el CIO y la policía aún evalúan otras operaciones a seguir y preparan estrategias tras este insólito evento. El futuro del presidente Yoon pende de un hilo, y se están tomando medidas para asegurar que se cumpla con el proceso judicial en el marco de esta crisis política.

¿Podrá Yoon Sok-yeol sobrevivir a este escándalo? Las próximas horas serán cruciales.