Hoy, el caos se apoderó de Corea del Sur cuando las autoridades cancelaron de manera inesperada el intento de detención del presidente Yoon Suk-yeol, quien había proclamado la ley marcial en diciembre como respuesta a la creciente oposición. Este tenso episodio se intensificó con la presencia masiva de 11.000 seguidores del presidente, rodeados de 2.700 agentes de policía, marcando un nuevo capítulo en la crisis política que enfrenta el país.

Este insólito suceso, ocurrido en la residencia presidencial en el distrito de Hannam, en Seúl, ha planteado graves interrogantes sobre la viabilidad del gobierno de Yoon y su futuro político. A las 8:00 hora local, un equipo de 20 funcionarios de la Oficina para las Investigaciones de Corrupción de Funcionarios de Alto Rango (CIO) y 80 policías entraron en la residencia presidencial. Mientras tanto, otros 30 agentes de policía estaban en la entrada, alineados para prevenir cualquier disturbio entre las multitudes de seguidores y las fuerzas del orden.

Cuando la confrontación entre el CIO y el servicio de seguridad presidencial se intensificó durante varias horas, se convirtieron en un espectáculo que puso en riesgo la seguridad de miles de personas. A pesar de las órdenes de arresto emitidas el martes, el servicio de seguridad del presidente se negó a cooperar, desatando una tensa batalla en el umbral de la casa de gobierno.

¿Qué dijo Yoon?

El presidente ha defendido su decisión de declarar la ley marcial como un "acto de gobernanza" para hacer frente a lo que él califica de acciones "antiestatales" de la oposición, que actualmente controla el Parlamento. Sus abogados han solicitado la anulación de la orden de detención, argumentando que esta es "ilegal" y que solo la Fiscalía puede llevar a cabo arrestos por insurrección, el delito que no concede inmunidad presidencial en Corea del Sur.

Sin embargo, la situación se complica aún más cuando el equipo de investigación, compuesto por el CIO, la policía y el Ministerio de Defensa Nacional, intentó unificar las investigaciones, pero la Fiscalía se negó rotundamente. Este conflicto se remonta a la era del antiguo gobierno, cuando el CIO fue establecido en 2021 durante un enfrentamiento político significativo.

Implicaciones para el futuro

El futuro de Yoon pende de un hilo. La orden de arresto, que caduca este lunes, permitiría a las autoridades retenerlo y someterlo a interrogatorio durante 48 horas, con posibilidad de prórroga. La tensión aumenta, ya que se anticipa que el fin de semana congregará a más seguidores del presidente, lo que incrementa el potencial de choques violentos, especialmente entre los grupos de avanzada edad.

A pesar de haber sido destituido por el Parlamento el 14 de diciembre, Yoon ahora se enfrenta a un juicio en el Tribunal Constitucional, que tiene hasta junio para decidir si su destitución fue constitucional. Esta inestabilidad resalta aún más el poder desmedido de la figura presidencial en Corea del Sur, que muchos consideran "casi imperial".

La grave crisis política y social que enfrenta el país no solo pone en entredicho el liderazgo de Yoon, sino que también ha reabierto el debate sobre la urgencia de reformas en la Constitución. Con una nación al borde del colapso político y social, los surcoreanos se preguntan: ¿qué sucederá a continuación? La historia de la supervivencia política del presidente Yoon está muy lejos de llegar a su fin.