El Partido Republicano ha generado controversia tras solicitar disculpas el miércoles por la demolición de imágenes en un sitio de memoria en la comuna de Ñuñoa. Este incidente ocurrió en el contexto de la campaña para las elecciones municipales programadas para finales de octubre.

Según un comunicado del partido, "hoy hemos recibido una denuncia sobre la destrucción de imágenes pertenecientes a la Casa de Memoria José Domingo Cañas, llevada a cabo por un miembro del equipo de un candidato a concejal del Partido Republicano por Ñuñoa".

El candidato, Carlos Vega Cifuentes, se presenta como defensor de la vida, la libertad y la propiedad. Se ha manifestado a favor de reducir el gasto público y ha expresado su creencia en un estado más pequeño y un libre mercado.

El Partido Republicano condenó el incidente, afirmando: "Como partido pedimos disculpas, rechazamos cualquier acto de vandalismo contra personas o instituciones". La declaración continuó indicando que la diferencia de opiniones no justifica actos de violencia, instando al candidato a disculparse formalmente.

La vandalización, que se produjo el lunes 30 de septiembre de 2024 a las 17:45 horas, fue descrita de manera alarmante. De acuerdo con el sitio de memoria, "una pareja con chaquetas celestes del Partido Republicano destruyó imágenes de detenidos desaparecidos y pisoteó las fotografías de las víctimas, mostrando una total falta de respeto hacia el dolor de sus familiares”. Este acto no solo es considerado una agresión a la lucha por los derechos humanos en Chile, sino que también implica una revictimización de los familiares de las víctimas de la dictadura.

El lugar de memoria hizo un llamado urgente a las autoridades para llevar a cabo una investigación exhaustiva y asegurar que se tomen las medidas necesarias contra los responsables, enfatizando que "no se puede permitir el negacionismo y el odio hacia la verdad histórica".

El candidato Carlos Vega Cifuentes, por su parte, se defendió a través de sus redes sociales, alegando que no tuvo participación en la destrucción y expresó que ha estado recibiendo amenazas. En un mensaje, afirmó: "Mis manos no tocaron nada de ese lugar" y añadió que había estado curioso por la ubicación del memorial, ya que no lo conocía previamente.

Este episodio ha reavivado la discusión sobre el respeto hacia los lugares de memoria en Chile, que son esenciales para preservar la historia y reconocer el sufrimiento de las víctimas de la dictadura. Muchos ciudadanos exigen un compromiso mayor de los políticos para no permitir que actos de vandalismo manchen la memoria histórica.

Además, la comunidad local continúa vigilante, organizando actividades para recordar y honrar a aquellos que sufrieron durante el régimen militar, reforzando la necesidad de espacios de reflexión y justicia en la sociedad chilena. Mientras tanto, las autoridades están presionadas para garantizar que estos períodos de controversia no se repitan.