El panorama político se oscurece a medida que el fiscal del Senado, Raúl Guzmán, se encuentra en el centro de una investigación por la Fiscalía. Javier Norero, el abogado despedido de manera cuestionable, ha logrado una victoria legal significativa tras ser reincorporado a su puesto por la Corte Suprema, que determinó que su despido fue ilegal.

Todo comenzó el 13 de septiembre, cuando Norero ganó un recurso de protección que obligó a su regreso inmediato al Senado, originando un aluvión de tensión en la Cámara Alta. Además, este 29 de noviembre de 2023, la Corte de Apelaciones de Valparaíso revirtió un fallo inicial que había declarado inadmisible la querella presentada contra Guzmán, forzando a la Fiscalía de Valparaíso a investigar los supuestos delitos de prevaricación administrativa y falsificación de documentos de parte de Guzmán.

Los detalles del caso son sorprendentes: se alega que, en el mismo momento de su despido, Norero fue privado de acceso a información crucial y se le solicitó la entrega de su equipo de trabajo personal. Esto ha desatado sospechas sobre si Guzmán, quien llegó al Senado en 2019 con un respaldo político polémico, actuó de manera ilícita para proteger sus propios intereses.

La controversia se intensifica conforme se revelan más hechos. Norero ha denunciado que nunca fue notificado de un sumario administrativo en su contra, lo que plantea serias dudas sobre la legalidad de las acciones de Guzmán. En la querella se asegura que seis meses después de la desvinculación de Norero, Guzmán abrió un sumario a sabiendas de que existía un conflicto de intereses personal.

Los senadores están divididos; muchos ven en esta situación una jugada política peligrosa en medio de acusaciones constitucionales contra ministros de la Corte Suprema, lo que podría llevar a un clima de inestabilidad en el Congreso. "La gravedad de tener a un secretario imputado en una causa penal durante un período de acusaciones éticas es alarmante", expresó un inquieto legislador.

Con la querella en curso, la fiscal regional de Valparaíso, Claudia Perivancich, deberá investigar estos hechos, y el caso podría tomar un giro inesperado si Ángel Valencia, el fiscal nacional, decide intervenir, sugiriendo que la investigación se traslade a otra jurisdicción.

Lo cierto es que este escándalo apenas comienza, y las repercusiones podrían ser devastadoras para Guzmán y el Senado en su conjunto. ¡Mantente atento, porque los próximos días prometen ser tumultuosos para la política chilena!