En un giro inesperado de los acontecimientos, el exministro de Transportes de Sebastián Piñera y antiguo embajador chileno ante la OCDE, Felipe Morandé, se enfrenta a graves acusaciones en Francia que han sacudido los cimientos de su carrera.

Según un impactante reportaje del diario francés Libération, una exempleada de su hogar ha presentado denuncias por múltiples abusos y malos tratos durante su tiempo de trabajo en la residencia de Morandé, ubicada en la capital gala, París. La exempleada, de nacionalidad peruana, ha relatado que tras las acusaciones, se encontró con la barrera de la 'inmunidad diplomática', la cual le impidió llevar el caso ante las autoridades adecuadas.

Los detalles del caso son alarmantes. Morandé habría mantenido a la empleada con un salario de aproximadamente 500 euros al mes (equivalente a alrededor de 508 mil pesos chilenos), el mismo que percibía en Chile. Sin embargo, la mujer también reportó que su libertad de movimiento en París estaba severamente restringida, lo que plantea serias dudas sobre las condiciones de su empleo.

Felipe Morandé ha reaccionado a estas acusaciones a través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), donde declara que "las afirmaciones en el artículo son completamente falsas y carecen de fundamento". Aseguró que este tipo de denuncias son un intento de dañar su reputación en medio de la contienda electoral y de afectar a su familia.

Además, Morandé enfatizó su historial intachable en el ámbito público, académico y diplomático, afirmando que ha trabajado siempre con respeto y profesionalismo. Sin embargo, la lluvia de críticas y dudas sobre su carácter no parece dar tregua, ya que muchos se preguntan qué más podría ocultar detrás de esta situación.

El caso ha abierto un debate más amplio sobre las condiciones laborales de empleados del hogar en Europa, especialmente aquellos que trabajan para figuras públicas, y ha puesto en evidencia la necesidad urgente de fortalecer las protecciones legales para estos trabajadores. En un contexto donde el #MeToo ha amplificado las voces de quienes denuncian abusos, el escándalo de Morandé podría ser solo la punta del iceberg en una problemática más profunda.

¿Logrará Morandé limpiar su nombre o se verá arrastrado por este escándalo que amenaza con sacudir aún más la política chilena en el extranjero? La sociedad espera respuestas y no dejará de seguir este caso de cerca.