Un Caso Impactante en Iquique

El 16 de noviembre de 2023, un hecho desgarrador cambió la vida de un niño de 13 años en Iquique, marcando lo que se ha calificado como un verdadero calvario. La madre del menor, Glenda Espinoza, de 51 años, obtuvo la custodia del niño tras acusar a su expareja de violencia intrafamiliar. Sin embargo, lo que desató esta historia fue lo que sucedió después.

Una Custodia que se Torna en Pesadilla

La corte le otorgó a Glenda la custodia provisional del menor, después de que se alegara que el niño también había sido víctima de violencia. Sin embargo, este acto judicial sentó las bases para lo que sería un periodo oscuro en la vida del pequeño. Según lleva informado el Ministerio Público, bajo la custodia de su madre, el menor sufrió un sinfín de abusos.

La Violencia Salió a la Luz

Durante el tiempo que pasó con su madre, el niño no solo enfrentó maltratos físicos, sino también psicológicos. Glenda fue formalizada por homicidio frustrado tras torturar al niño con golpizas severas, incluyendo ataques con cuchillos y hasta asfixia. El niño fue sometido a condiciones inhumanas, donde no recibió alimento ni agua por días.

Desesperación y Descuido Absoluto

El estado del menor era alarmante: pesando apenas 39 kilos, el niño había estado seis días sin comer y tres sin beber agua. Además, era obligado a dormir en el patio y se le negaba el ingreso a su hogar. La fiscalía destacó que la madre no solo falló en sus deberes como cuidadora, sino que deliberadamente empeoró las condiciones de vida del menor.

La Reacción de la Justicia

El 12 de abril de 2025, la fiscal Paula Arancibia formalizó a Glenda, quien enfrenta una potencial larga condena. A pesar de que su defensa intentó desacreditar los testimonios y videos presentados que mostraban la aparente normalidad del niño, las evidencias pesaron más en el expediente judicial. La juez Vicente Muratori dictó prisión preventiva para la mujer y ordenó un plazo de 90 días para la investigación.

El Futuro del Menor: Una Esperanza entre las Sombras

En medio de este horror, el Juzgado de Familia tomó medidas rápidas y efectivas, determinando que el cuidado del menor se transfiera a un “tercero significativo” y se priorice su bienestar psicológico. La situación ha generado un gran interés en la comunidad, esperando que la nueva custodia le brinde al niño la oportunidad de sanar.

Reflexiones Finales

Este caso ha puesto de manifiesto las carencias del sistema de protección infantil en Chile y ha despertado la urgencia por un cambio. La sociedad observa atentamente, esperando que este niño pueda tener la infancia que merece y que se haga justicia por los abusos sufridos.