Hace apenas cuatro meses, el 13 de diciembre del año pasado, la situación prometía ser diferente para la Macrozona Sur. En una ceremonia marcada por la esperanza, la entonces ministra del Interior, Carolina Tohá, y el general director de Carabineros, Marcelo Araya, anunciaron la entrega de un avanzado dron Camcopter S-100. Este vehículo aéreo, adquirido por la impactante suma de $6.973.734.425 de la empresa austriaca Schiebel Aircraft GmbH, fue presentado como una herramienta clave para fortalecer la seguridad en la región.

Sin embargo, hoy el diputado Stephan Schubert, representante de la misma zona, ha alzado la voz y denuncia que este costoso dron aún no ha podido entrar en operación. La razón: la famosa burocracia, que ha impedido que se otorguen los permisos necesarios por parte de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). En su momento, este dron fue visto como un símbolo de la inversión del Estado en seguridad, pero su utilidad ha sido estancada por trámites administrativos.

Schubert no escatima críticas al señalar que la seguridad en la Macrozona Sur es crítica. "El Estado de Chile ha invertido 7 millones de dólares en un super dron que ya está aquí, disponible y entregado. Sin embargo, nuestros Carabineros, que han recibido capacitación para su uso, no pueden ponerlo en marcha", afirma el parlamentario.

El legislador, frustrado por la ineficiencia en el proceso, ha enviado un oficio al Ministerio de Defensa exigiendo explicaciones claras sobre la situación y una gestión urgente para que el dron finalmente pueda volar. "Es inaceptable que, tras cuatro meses, este vehículo siga guardado por motivos administrativos", sentencia Schubert.

"¿Dónde están las gestiones del ministerio? ¿Qué sucede con las autoridades locales de La Araucanía y Biobío? Si es necesario un cambio legal, que se haga de inmediato, porque este dron tiene que volar", agrega el diputado, remarcando la desesperación por la falta de rapidez en la respuesta de las autoridades ante un problema tan crítico.