Los diputados de la UDI contraatacan a Gabriel Boric

La controversial situación ha puesto en pie de guerra a la bancada de diputados de la Unión Demócrata Independiente (UDI), quienes han decidido llevar el caso del presidente Gabriel Boric ante la Contraloría General de la República. Acusan al mandatario de vulnerar los principios de apoliticidad y probidad administrativa debido a sus recientes comentarios en redes sociales.

El detonante: las declaraciones de Evelyn Matthei

Este conflicto surgió tras las declaraciones de Evelyn Matthei, candidata de Chile Vamos, quien definió el régimen militar como "inevitable". Boric, sin nombrar a la exalcaldesa, utilizó su cuenta de X (Twitter) para opinar sobre los crímenes que ocurrieron durante ese período, afirmando que "nada justifica los asesinatos, desaparecidos, torturas o el exilio, independientemente del año".

La respuesta de la UDI:¿Un caso por infracción?

Henry Leal, diputado y jefe de bancada de la UDI, ha señalado que solicitarán la intervención de la Contraloría, argumentando que Boric no cumple con su deber de mantener la imparcialidad política que su cargo exige. Según Leal, el presidente debe ser un ejemplo para otros funcionarios públicos y evitar emitir juicios políticos durante su trabajo.

¿Es esta denuncia viable?

La pregunta que surge es si la denuncia tiene viabilidad. William García, experto en derecho administrativo, indica que, aunque la Contraloría puede revisar casos de incumplimiento a la apoliticidad, no hay una prohibición que impida al presidente participar en debates políticos. Por su parte, Gustavo Alarcón del Pino, abogado de la Universidad Católica, sostiene que aunque la UDI podría basar su requerimiento en la Ley 18.575, es poco probable que logren avances en este sentido.

El futuro del caso: ¿declaraciones sin consecuencias?

Los expertos prevén que la Contraloría emita declaraciones generales sobre la probidad en la función pública, aunque es poco probable que se asigne responsabilidad específica a Boric en este caso. La expectación está servida, y la política chilena promete estar más ardiente que nunca.