Recientemente, un famoso pub en Santiago ha caído bajo la lupa del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) debido a inquietantes acusaciones de obligar a sus clientes a dejar propinas, además de reportes de malos tratos hacia los consumidores. En julio, se reveló cómo la sugerencia de un 10% de propina se ha vuelto casi una obligación en numerosos establecimientos, incluyendo barberías y peluquerías, que incluso la exigen sin justificación.

El Sernac ha sido claro al afirmar que las propinas son completamente voluntarias y que los consumidores tienen la libertad de decidir cuánto dejar, ya sea menos o más que el sugerido 10%. Si un cliente recibe un servicio deficiente, no tiene obligación de premiar una atención que no estuvo a la altura.

En agosto, el Sernac también dirigió sus preocupaciones hacia aplicaciones de delivery populares como Uber Eats y Rappi, que instan a los clientes a dejar el 10% de propina en base al total de su compra.

El foco de esta controversia radica en el Pub Dublín, ubicado en la región Metropolitana, donde un video viral de una clienta española ha desatado una ola de críticas. Esta consumidora relató que, tras negarse a dejar propina, se le impidió adquirir más productos en el local.

Además, el Sernac ha recibido múltiples quejas similares. Un caso notable involucró a una usuaria que mencionó que, tras una cuenta de $230.700, se la obligó a dejar el 10% como propina, teniendo que desembolsar un total de $253.700, a pesar de su negativa.

Los reclamos también mencionan una posible discriminación, donde dos clientas habrían sido llamadas “indecentes” por el personal del pub en base a su orientación sexual. Otro cliente denunció que se le prohibió la entrada por llevar puesta una camiseta de su equipo de fútbol.

Como resultado de estas acusaciones, el Sernac realizó una supervisión en el establecimiento y encontró un cartel en la entrada que informaba que “Se reserva el derecho de admisión”, lo que generó más preocupaciones sobre la posible arbitrariedad en la atención y el trato de los clientes.

Aunque se mencionó la existencia de un documento interno sobre los protocolos del local, durante la visita de fiscalización no se pudo revisar dicho documento. Por lo tanto, el Sernac solicitó una copia del mismo posteriormente.

Finalmente, el organismo ha oficiado a la administración del Pub Dublín para que respondan a estas denuncias, las cuales no han sido atendidas, ni por los afectados ni por el Sernac. Tienen un plazo de 10 días hábiles para entregar una respuesta; de no hacerlo, podrían enfrentar una denuncia ante el Juzgado de Policía Local con multas que podrían alcanzar hasta 400 UTM, es decir, más de 26 millones de pesos.

Este escándalo ha hecho que muchos se pregunten: ¿será el Pub Dublín el epicentro de un nuevo debate sobre derechos de los consumidores en Chile? ¡La situación está lejos de resolverse y la comunidad está atenta!