Un empresario multimillonario, Bryan Johnson, de 47 años, reciente a los ojos del mundo por su obsesión por detener el envejecimiento, ha experimentado una terrible reacción tras un controvertido tratamiento de rejuvenecimiento. La búsqueda de la “juventud eterna” lo llevó a inyectarse grasa de donante en su rostro, pero el resultado fue desastroso, transformando su apariencia de maneras inimaginables.

Bryan ha estado documentando sus esfuerzos en redes sociales, donde reveló que decidió someterse a este tratamiento tras seguir dietas extremas que le hicieron perder peso y masa facial. “Mi consumo diario de calorías se redujo de 2,500 a 1,950”, explicó Johnson. Aunque los biomarcadores de salud mejoraron, su aspecto lo hacía ver desmejorado, confesando que la gente creía que estaba enormemente afectado por su salud.

Deseando revertir esa imagen, inició lo que denominó el “Proyecto Baby Face”, con la esperanza de restaurar el volumen facial perdido. El tratamiento consistió en inyectar una matriz extracelular derivada de grasa, considerada esencial para lograr una apariencia más juvenil. Sin embargo, poco después de la inyección, comenzaron los problemas.

“Mi rostro comenzó a hincharse inmediatamente. Luego, la situación se agravó y llegué a un punto donde no podía ver”, relata Johnson, quien sufrió una reacción alérgica grave. Las imágenes que publicó en sus plataformas muestran un rostro completamente distorsionado por la hinchazón, aunque se ha recuperado en los días posteriores.

Afortunadamente, una semana después, el empresario volvió a su aspecto habitual y se mostró optimista, confirmando que ya estaban planificando su próximo intento. Este episodio es solo una muestra de su extraordinario enfoque hacia la autoexperiencia: ha invertido millones en diversas prácticas poco convencionales, que van desde transfusiones de plasma con su hijo adolescente hasta consumir hasta 60 pastillas diarias, mientras mide minuciosamente cada reacción biológica de su organismo.

Bryan Johnson no es el único en esta carrera frenética por la juventud; cada vez más personas están dispuestas a arriesgarse por verse más jóvenes y saludables. Sin embargo, esta situación pone en evidencia los peligros y complicaciones que pueden surgir al optar por tratamientos estéticos sin la supervisión adecuada.

La pregunta que queda es: ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para mantenerte joven?