En un video que se ha viralizado en redes sociales, el fallecido expresidente Sebastián Piñera proclamaba con fervor: "Vamos a tener un gran diputado por Tarapacá por cuatro años más". Esta afirmación se refería a Renzo Trisotti, exmilitante de la UDI, en plena campaña parlamentaria y presidencial de 2017. Junto a él, Trisotti aseguraba que "vienen tiempos mejores para Tarapacá", mientras ambos se estrechaban la mano en un gesto de complicidad política.

Sin embargo, siete años después, Trisotti ha dado un giro inesperado y, junto a las diputadas Sofía Cid y Catalina del Real, ambas exmilitantes de Renovación Nacional (RN), ha apoyado la acusación constitucional contra la ministra del Interior, Carolina Tohá, del PPD. Esta acusación no solo critica a Tohá, sino que lanza un dardo directo hacia la administración de Piñera, haciendo alusión a su responsabilidad en la crisis migratoria y de seguridad actual.

La reacción en el conglomerado Chile Vamos ha sido de desconcierto y malestar, especialmente entre sus excolaboradores. Algunos diputados de la UDI, RN y Evópoli han visto esto como una provocación de la bancada del Partido Republicano, quienes archivan la historia política en la cual los acusadores intentaron defender hace muy poco el legado del expresidente.

Curiosamente, el libelo de acusación incluye una defensa para Tohá, sugiriendo que la crisis no es únicamente culpa del actual gobierno de Gabriel Boric, sino que también involucra a las administraciones de Piñera y de la expresidenta Michelle Bachelet. Este argumento ha avivado el debate sobre la continuidad de la crisis de seguridad, ya que muchos legisladores ahora se desmarcan de su cautela hacia Piñera y su legado.

Asimismo, la acusación recuerda que durante el gobierno de Piñera se produjeron momentos críticos, como el estallido social de octubre de 2019, el cual cambió drásticamente la percepción de seguridad en el país. En este contexto, Cid, consultada por La Tercera, señaló que la historia reciente de la delincuencia incluye un punto culminante en el mandato anterior, haciendo referencia a la violencia que llevó a la declaración de estado de emergencia en varias regiones del país.

No obstante, en su análisis, Cid también destacó que, si bien durante el gobierno de Piñera hubo caída en ciertos índices delictuales, la magnitud y la agudización de la delincuencia en la actualidad ha superado lo que se vivía en ese entonces.

Esta situación crea un escenario político complejo donde antiguos aliados parecen haberse convertido en críticos, y donde la búsqueda de responsabilidades por la crisis actual podría llevar a reconfiguraciones inesperadas en la política chilena y las relaciones dentro de las distintas coaliciones. Lo que está claro es que el legado de Sebastián Piñera se encuentra ahora en el centro del debate, mientras nuevos rostros intentan cambiar la narrativa del pasado.