La Casa Real española ha presentado una denuncia por la filtración de imágenes de la princesa Leonor en el centro comercial Zona Franca de Punta Arenas, un hecho que ha generado una profunda indignación en la monarquía. En respuesta a esta situación, la Fiscalía de Magallanes ha anunciado oficialmente que abrirá una investigación sobre el caso.

El Ministerio Público indicó que esta indagatoria se llevará a cabo conforme al artículo 161 letra A del Código Penal, que aborda la difusión de imágenes sin el consentimiento de los afectados, un delito que podría tener serias repercusiones legales para los responsables de la filtración.

La acción fue impulsada por la Embajada de España tras la solicitud de la Casa Real, y se produce después de que se difundieran imágenes de la heredera al trono, captadas sorprendentemente por las cámaras de seguridad del centro comercial. En las fotografías, se puede ver a la princesa de Asturias paseando con un abrigo invernal y visitando distintas tiendas, un momento que debió haberse mantenido en privado, según la Casa Real.

Para la monarquía, la filtración es considerada "una infracción de la normativa vigente" y "una conducta inadmisible", lo que pone de relieve la necesidad de proteger la privacidad de la joven princesa. A su vez, el centro comercial emitió un comunicado en el que aclaró que la visita de la princesa Leonor, quien ya es mayor de edad y figura pública a nivel mundial, se realizó de manera completamente privada en un espacio abierto al público. El recinto sostiene que su presencia no fue anunciada ni divulgada previamente.

"En todo momento, se desplazó por instalaciones seguras, sin ser abordada ni molestada. Su acceso a los comercios les fue permitido según criterios establecidos por su propio equipo de asesores", señalaron desde Zona Franca, enfatizando que están dispuestos a colaborar con cualquier requerimiento de información o investigación.

Este incidente ha desatado un intenso debate sobre la seguridad y la privacidad de figuras públicas, especialmente de jóvenes miembros de la familia real. En tiempos donde la vigilancia pública es constante, la pregunta que surge es: ¿hasta dónde se debe llegar por la curiosidad de los medios y el público? La familia real y sus reclamos de privacidad están ahora en el ojo del huracán.