
¿Está Chile ahogando la IA con tanta regulación?
2025-04-02
Autor: Emilia
En el entorno actual, parece haber un consenso general sobre la necesidad de regular la inteligencia artificial (IA). Sin embargo, el dilema radica en determinar cuánta regulación es adecuada. Si se establece un marco normativo demasiado rígido, existe el riesgo de desalentar la innovación, incrementar los costos de desarrollo y limitar la competitividad del ecosistema empresarial y de innovación en el país. El peligro real es que por desconocimiento o por temores infundados, se podría caer en el exceso regulatorio.
La sobre regulación puede tener efectos secundarios que no son evidentes a simple vista. Una regulación excesiva podría favorecer a grandes corporaciones con recursos suficientes para cumplir con normativas complejas, mientras que las startups y las pequeñas y medianas empresas (PYMES) podrían ser marginadas. Además, un marco normativo mal diseñado puede crear barreras innecesarias para la investigación y el desarrollo (I+D), obstaculizando avances que podrían beneficiar a la sociedad en su conjunto.
¿Regulación o freno a la innovación?
Dada la importancia de establecer normativas adecuadas, el 7 de mayo de 2024, el Estado de Chile presentó un proyecto de ley para regular la IA, el cual se encuentra actualmente en discusión en el Congreso. Esta propuesta se inspira en gran medida en la legislación de la Unión Europea (EU AI Act) y en principios propuestos originalmente por la OCDE. Sin embargo, es crucial tener en cuenta que la realidad tecnológica, cultural y económica de Chile es bastante distinta a la de los 27 países que conforman la Unión Europea.
Un punto importante a resaltar es que Chile no es un país reconocido como desarrollador ni exportador de tecnología de IA. Por el contrario, la mayoría de las herramientas y servicios utilizados en el ámbito empresarial son principalmente importados, especialmente desde Estados Unidos. Por lo tanto, sería más beneficioso establecer regulaciones que incentiven el desarrollo local y fortalezcan el ecosistema de innovación, en lugar de castigar y controlar cada acción relacionada con la IA.
¿Está Chile copiando el modelo europeo sin adaptarlo?
Recientemente, hemos sido testigos de eventos geopolíticos significativos que han impactado la regulación de la IA. Uno de estos eventos fue el AI Action Summit celebrado en París en febrero, donde se destacó la preocupación por los riesgos de una regulación excesiva sobre la competitividad de los países. Este fue un tema abordado por el vicepresidente de EE. UU., JD Vance, quien enfatizó las oportunidades que ofrece la IA en lugar de enfocarse únicamente en su seguridad.
Como resultado de estas preocupaciones, tanto Estados Unidos como el Reino Unido decidieron no firmar la declaración de París sobre IA inclusiva. Además, empresarios y grupos tecnológicos europeos habían solicitado previamente a la UE que flexibilizara su regulación de IA. En respuesta a estas críticas, la UE decidió eliminar un proyecto de ley sobre la responsabilidad de IA (AI liability) que se planteó inicialmente para 2025. Esto subraya la intención de evitar restricciones demasiado severas que podrían sofocar la innovación.
Desafortunadamente, las características punitivas de la regulación chilena son similares a las de la UE. Más allá de las sanciones por riesgos potenciales en sistemas de IA, prácticamente no existen incentivos para que instituciones, empresas y emprendedores se dediquen a desarrollar o utilizar tecnología de IA de manera positiva. En este contexto, el único incentivo mencionado ha sido el uso de "sandboxes" o espacios de prueba controlados, los cuales podrían convertirse en limitantes especialmente para las PYMES, y cuyo éxito a nivel mundial aún no está comprobado.
Un enfoque híbrido: regulación mínima y fomento a la IA
En lugar de intentar regular todos los aspectos relacionados con la IA, se podría considerar la creación de una normativa más flexible que fomente la adopción y el uso responsable de estas tecnologías, teniendo en cuenta las características socioculturales y las necesidades de crecimiento y desarrollo del I+D en el país. Chile tiene la oportunidad de convertirse en un referente en innovación si se realizan ajustes adecuados a las políticas públicas en este ámbito.