Salud

Esta mujer revolucionó la medicina. ¿Por qué no sabemos su nombre?

2024-12-14

Autor: Camila

La cura para las mujeres: La historia de la Dra. Mary Putnam Jacobi y el reto a la medicina victoriana que transformó la vida de millones, por Lydia Reeder.

En 1852, cuando apenas tenía 10 años, Mary Putnam escribió: “Yo sería grandiosa”. Su deseo de dejar una huella en el mundo fue un presagio de su futuro. A pesar de haber fallecido hace más de 120 años, su contribución a la medicina sigue siendo sorprendentemente poco reconocida.

Nacida en el seno de una familia influyente en Nueva York, Putnam se enfrentó a una sociedad que no creía que las mujeres debían estudiar medicina. Sin embargo, en 1868, se convirtió en la primera mujer admitida en la facultad de medicina de la Sorbona, desafiando no solo las normas de su tiempo, sino también la adversidad del Segundo Imperio Francés, que en su asedio la llevó a quedarse en París para continuar con sus estudios.

Al regresar a Estados Unidos, se unió a Elizabeth y Emily Blackwell en la New York Infirmary y el Women's Medical College, donde se convirtió en una apasionada defensora de la salud femenina. La Dra. Putnam desafió la percepción de la mujer como un ser frágil, argumentando que la menstruación no debía ser un obstáculo y que los problemas de salud ginecológica no derivaban de su ambición.

En 1876, Putnam se convirtió en la primera mujer en recibir el prestigioso Premio Médico Boylston de Harvard. Su ensayo “¿Necesitan las mujeres descanso mental y corporal durante la menstruación?” fue fundamental para el movimiento feminista, ya que incluyó datos obtenidos a través de encuestas a otras mujeres sobre sus experiencias menstruales, un enfoque innovador para la época.

Su práctica médica desafió el enfoque tradicional de médicos como S. Weir Mitchell, quien recomendaba el aislamiento y la inactividad para tratar afecciones que él creía eran propias de las mujeres. En contraste, Putnam promovía la actividad física y la participación en la vida social, convirtiéndose así en una pionera en la lucha por la salud y el bienestar de la mujer.

Además de su trabajo clínico, Putnam Jacobi se involucró activamente en el movimiento sufragista, luchando por los derechos de las mujeres. Su vida personal también estuvo marcada por tragedias, como la muerte de su hijo a los 8 años por difteria. Esta pérdida impactó su visión sobre la medicina y la salud pública, llevándola a abogar con más fuerza por la educación y la atención médica accesible para todos.

Curiosamente, la vida de Mary Putnam Jacobi fue el reflejo de su tiempo: desafíos, innovaciones y un profundo deseo de hacer del mundo un lugar mejor para las mujeres. Sin embargo, a menudo su historia se ha oscurecido, eclipsada por la narrativa de hombres que prevaleció en la medicina de la época.

La obra de Lydia Reeder es el recordatorio de que la historia de la medicina no está completa sin reconocer a figuras como Putnam Jacobi, una verdadera heroína cuyo legado aún resuena en las luchas contemporáneas por la igualdad de género y los derechos sanitarios. En un momento en el que aún se cuestiona el papel de las mujeres en la ciencia y la medicina, entender la vida de Mary Putnam Jacobi se vuelve aún más crucial. La narrativa de su valor, perseverancia y brillantez continúa siendo inspiradora y relevante. The Cure for Women no solo cuenta su historia; también invita a seguir escribiendo capítulos de un futuro más equitativo y justo para todas las mujeres.