A las 17:45 horas de este sábado, la profesora Zaida Szigethi Campos falleció en su hogar, dejando un legado imborrable en la lucha por la deuda histórica que afecta a miles de docentes en Chile. Durante más de cuatro décadas, Zaida abogó incansablemente ante el gobierno, exigiendo justicia para aquellos profesores que sufrieron una injusticia laboral durante la dictadura, cuando se traspasó la administración de las escuelas del Estado a las municipalidades. Este cambio provocó que se desconociera el reajuste salarial que, según el Decreto Ley Nº 3.551 (artículo 40), les correspondía, resultando en un incremento salarial que nunca se materializó.

En una emotiva entrevista reciente, Zaida recordó una construcción clave en su vida: la conversación que tuvo con Gabriel Boric cuando aún era candidato presidencial. Ella le explicó en detalle las implicancias de la deuda histórica para los jubilados docentes. "Él, en una computadora, comenzó a ver qué era lo que nos debían, cuánto nos debían, qué nos debían", narró, subrayando la relevancia de este tema para quienes han dedicado su vida a educar.

Nacida en una familia de inmigrantes húngaros, Zaida heredó de su abuelo Eugenio Szigethi un carácter resiliente y una alegría contagiosa. Durante años, fue profesora en la Escuela Juan Williams, donde fusionó su amor por la enseñanza con su pasión por la música, forjada en la célebre carpa de la folclorista Violeta Parra, a quien tuvo el honor de conocer.

A lo largo de su trayectoria profesional, que comenzó en la Escuela Nº 8 (actualmente Escuela España) y continuó en la Escuela Nº 12, Juan Williams, también se destacó en el ámbito gremial al servir como presidenta del Colegio de Profesores a nivel regional en los inicios del 2000. Su compromiso con la educación y los derechos de los docentes la convirtieron en una figura respetada y querida en la comunidad educativa.

Zaida era la mayor de seis hermanos, de los cuales sobreviven tres: Héctor, Liliana y María Ester. Su esposo, José Rolando Aravena Zanetti, también fue un destacado militante socialista, lo que resultó en su detención y confinamiento en el campo de prisioneros de Isla Dawson durante la dictadura. Le sobreviven sus hijas Patricia y Andrea, junto a un querido nieto.

El velorio de esta ilustre educadora se lleva a cabo en la capilla Cristo Amigo, ubicada en Avenida España esquina Miguel de Cervantes. Sus funerales se llevarán a cabo hoy lunes, después de una misa programada para las 16 horas. La comunidad, amigos y colegas se unirán en homenaje a una mujer que dedicó su vida a la defensa de derechos fundamentales y a la educación de generaciones.