Esta mañana se confirmó el fallecimiento del prestigioso escritor chileno Antonio Skármeta, quien tenía 83 años. La noticia fue corroborada por la Universidad de Chile y familiares cercanos. Su partida deja un vacío enorme en la literatura chilena, donde ha sido considerado uno de los autores más trascendentes de la narrativa contemporánea.

Skármeta, parte de la Generación del 60, fue amigo y colega de grandes figuras literarias como Poli Délano y Fernando Jerez, y su obra no solo refleja la rica cultura chilena, sino también las turbulentas épocas que vivió el país. Estudió Filosofía en la Universidad de Chile y más tarde, gracias a una beca Fulbright, cursó un posgrado en la Universidad de Columbia, donde su pasión por la literatura se consolidó.

Contribuyó al Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) durante la Unidad Popular y escribió para la revista La Quinta Rueda. Su primera colección de cuentos, *El entusiasmo* (1967), fue solo un anticipo de su gran talento, que también se evidenció en *Desnudo en el tejado* (1969) y *Tiro libre* (1973), la cual le valió el Premio Casa de las Américas.

Tras el golpe de Estado en 1973, Skármeta vivió en el exilio en Argentina y luego en Alemania, donde continuó su labor literaria y cinematográfica. Entre sus obras más memorables se encuentra *Soñé que la nieve ardía* (1975), que eventualmente dio origen a la célebre película *Ardiente paciencia* (1983), dirigida por él mismo y protagonizada por Roberto Parada. Esta cinta ganó varios premios en festivales internacionales y ayudó a cimentar su reputación como autor.

El verdadero reconocimiento global llegó con la versión de Michael Radford en 1994 de *Ardiente Paciencia*, titulada *El cartero* (Il postino), que se convirtió en un clásico moderno del cine. La actuación de Massimo Troisi es particularmente recordada, desafiando el tiempo con su conmovedor retrato de un amor entre un cartero y la figura del poeta Pablo Neruda, quien también fue un gran amigo de Skármeta.

En 2022, Netflix lanzó una nueva versión de la historia, reafirmando el impacto perdurable de sus obras en la cultura popular. La influencia de Skármeta se extiende más allá de sus novelas; ha sido un defensor apasionado de la imaginación y la verdad en la escritura, buscando siempre reflejar la realidad de su país con un enfoque poético.

A su regreso a Chile en los años 90, fundó el taller literario "Heinrich Böll" y tuvo su propio programa televisivo, *El Show de los libros*, donde conversó con figuras emblemáticas de la literatura chilena, contribuyendo al desarrollo cultural del país. En el ámbito político, fue embajador en Alemania durante el gobierno de Ricardo Lagos, pero nunca dejó de escribir.

Antonio Skármeta dejará un legado imborrable en la literatura, habiendo sido un puente entre generaciones de escritores chilenos y el mundo entero. Su obra continúa inspirando a futuros novelistas y artistas, y su voz resonará por siempre en el corazón de quienes lo leyeron.