
Francisco Coeymans se retracta: "Fui malagradecido, pido perdón por mis palabras"
2025-04-08
Autor: Valentina
A dos años del escándalo que sacudió el mundo financiero chileno, el caso Primus, que involucra a Francisco Coeymans, Ignacio Amenábar, y otros, ha tomado un giro inesperado. En declaraciones recientes ante el fiscal Felipe Sepúlveda, Coeymans se mostró arrepentido, reconociendo que sus comentarios anteriores hacia Raimundo Valenzuela, dueño de Primus Capital, fueron irresponsables y erróneos. Este fraude, que ha sido catalogado como uno de los más grandes de los últimos años, ha involucrado sumas de hasta 100 millones de dólares para evitar el colapso de la empresa.
Coeymans, ex gerente general de Primus, admitió que su relación con Amenábar siempre fue tensa, y comenzó a revelar detalles explosivos sobre la vida personal de su ex socio. Se supo que Amenábar había estado involucrado en múltiples relaciones extramaritales y mantenía un estilo de vida lujoso que podría haber influido negativamente en la gestión de la empresa. En este sentido, Coeymans afirmó: “Él gastaba exorbitantes sumas en regalos y viajes para su amante, mientras la empresa se desmoronaba.”
La Fiscalía ha señalado que Coeymans, junto con el abogado Antonio Guzmán y el técnico en cocina Marcelo Rivadeneira, son responsables de una serie de delitos incluyendo estafa y lavado de activos. Mientras tanto, Amenábar se defiende alegando que fue utilizado como chivo expiatorio en una operación encubierta por parte de sus ex colegas y que no tenía conocimiento de las maniobras ilegales.
Fue en este contexto que Coeymans, en un gesto de contrición, pidió perdón no solo a Valenzuela, quien se había visto gravemente perjudicado por el escándalo, sino también a su familia. Reconoció que había sido "malagradecido" al recibir apoyo durante una crisis personal.
Por su parte, Ignacio Amenábar no se ha manifestado tan a la defensiva, simplemente defendiendo su imagen y asegurando que siempre actuó con transparencia. En su testimonio, desmintió las acusaciones que lo relacionaban con el uso de fondos ajenos y argumentó que la información que lo incriminaba fue manipulada deliberadamente por Coeymans y Rivadeneira.
El impacto de este caso se ha extendido más allá de las esferas personales de los acusados; ha sacudido los cimientos del sistema financiero chileno, generando un debate sobre la regulación y la ética en las finanzas. Este escándalo no solo ha dañado a Primus Capital, sino que también ha puesto en tela de juicio la integridad de otros actores en el sector.
A medida que el caso avanza, se vislumbra un oscuro futuro para todos los afectados, y los ecos de esta saga seguramente resonarán en la sociedad chilena durante mucho tiempo. La gran pregunta es: ¿quién saldrá realmente afectado, y habrá justicia para los inocentes arrastrados por este fraude monumental?