Francisco Pérez-Bannen, conocido por su carrera en teleseries, ha dado un giro radical al apartarse de la actuación para dedicarse a la terapia gestáltica. En una reciente conversación en Todo va a estar bien (VíaX), el actor de 53 años compartió de manera honesta sobre el profundo cambio que su vida dio al convertirse en padre.

Durante la charla con Eduardo de la Iglesia, Pérez-Bannen expuso su búsqueda constante a lo largo de su vida, mapeando su evolución personal y espiritual. "Los seres humanos tenemos el potencial para lo mejor y lo peor", reflexionó, mientras abordaba su necesidad de una conexión más trascendente.

Vivimos en una sociedad cada vez más materialista, lo que llevó a De la Iglesia a preguntarle sobre su cambio de mentalidad, especialmente tras haber disfrutado del éxito y la fama en el mundo del espectáculo. La respuesta de Francisco fue clara: "Todo comenzó con el nacimiento de mis hijos; fue entonces cuando me di cuenta de que necesitaba herramientas para acompañarlos adecuadamente".

A pesar de haber alcanzado un estatus de éxito en su carrera, donde había consolidado su lugar como un galán de teleseries, su nueva realidad como padre le obligó a mirar hacia adentro. "Mis hijos se convirtieron en un espejo que reflejaba un lado de mí que nunca había visto: un yo demasiado enfocado en el trabajo y en la ansiedad", recordó.

Haciendo un balance, compartió cómo la exigencia de equilibrar su carrera con la paternidad lo llevó a una crisis personal. "A pesar de que todo parecía ir bien, me sentía impaciente y, a veces, incluso neurótico. Quería ser un buen padre, pero luchaba con mis propias inconsistencias".

Este momento de introspección lo llevó a hacerse preguntas fundamentales sobre su identidad: "¿Quién soy realmente?". Sin embargo, reconoció que las respuestas son complejas y van más allá de etiquetas o definiciones. Francisco Pérez-Bannen, al abrirse sobre su viaje, nos invita a todos a reflexionar sobre nuestras propias vidas y las elecciones que hacemos.