Por razones de "agenda", el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, confirmó que no habrá una conmemoración de alto nivel con los presidentes Gabriel Boric y Javier Milei para conmemorar los 40 años del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina.

Este tratado, firmado el 29 de noviembre de 1984, fue crucial para evitar un conflicto bélico en el marco de la controversia por la soberanía de las islas al sur del Canal Beagle. Teniendo en cuenta la importancia de esta fecha, muchos esperaban que los líderes de ambos países se reunieran para celebrar este hito histórico.

Durante el reciente encuentro en el G20 en Río de Janeiro, Brasil, el canciller chileno se reunió con su homólogo argentino, Gerardo Werthein, para discutir los preparativos de la conmemoración. Sin embargo, a pesar de las expectativas, Boric y Milei no participarán, lo que ha generado diversas reacciones en el ámbito político chileno.

Senadores de la oposición, como Francisco Chahuán de Renovación Nacional, criticaron la falta de un encuentro formal, argumentando que "no estamos a la altura de los tiempos ni de la historia". Asimismo, el diputado Diego Schalper mencionó que la conmemoración era una excelente oportunidad para superar diferencias políticas y fomentar la unidad entre las naciones.

Desde el oficialismo, Tomás de Rementería, del Partido Socialista, expresó su deseo de haber tenido un encuentro entre los presidentes, aunque destacó la importancia de las otras actividades programadas de "altísimo nivel".

Los comentarios de los legisladores reflejan un amplio espectro de opiniones, desde críticas sobre las "antipatías ideológicas" de ambos mandatarios, hasta un enfoque más pragmático frente a la falta de un cara a cara entre ellos.

La decisión de no celebrar esta conmemoración ha dejado a muchos preguntándose sobre el futuro de las relaciones bilaterales entre Chile y Argentina, especialmente en un contexto donde ambos países requieren fortalecer la cooperación en diversas áreas, desde cuestiones medioambientales hasta comercio.

Esta falta de sincronía en la agenda de los mandatarios podría ser vista como una señal que podría afectar el futuro diálogo entre las naciones. ¿Será que Boric y Milei se encontrarán en un futuro próximo para reconstruir la relación que ambos países supieron tener? La incógnita queda abierta, y la paz y amistad de 1984 necesita un empujón hacia el futuro.