Las acciones de Nvidia y otras empresas clave en la fabricación de microchips, como Advanced Micro Devices (AMD), han sufrido caídas notables este lunes en la bolsa de Nueva York. Esto se debe a la reciente propuesta de la Casa Blanca que busca restringir la exportación de chips de inteligencia artificial (IA).

A las 12:00 hora local (17:00 GMT), Nvidia experimentó una disminución del 3,17%, mientras que AMD vio caer sus acciones un 0,97%. Esta caída se produce en un contexto de inquietud general en los mercados, exacerbada por los recortes de tipos de interés propuestos por la Reserva Federal de EE.UU.

Hoy se han revelado nuevas restricciones documentadas en lo que se ha denominado la “norma final provisional sobre la difusión de la inteligencia artificial”. Esta regulación impactará a la mayoría de los países, imponiendo límites en los pedidos de chips destinados a aplicaciones de IA, lo que ha suscitado críticas por parte de la industria tecnológica, que advierte sobre el posible daño a la competitividad de EE.UU.

La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, destacó en una conferencia de prensa que el objetivo de estas nuevas normas es obstaculizar la capacidad de adversarios extranjeros para realizar simulaciones nucleares, desarrollar armas biológicas y fortalecer sus fuerzas armadas. Sin embargo, se ha informado que los chips para videojuegos quedarán excluidos de estas restricciones.

Raimondo también comentó que el período de 120 días para recibir comentarios sobre la norma es excesivamente largo y advirtió que la próxima administración, bajo el liderazgo del presidente electo Donald Trump, podría modificar estas regulaciones basándose en la retroalimentación recibida.

Actualmente, la Casa Blanca ha asegurado que las restricciones no afectarán a 18 aliados y socios estratégicos, incluidos Canadá, Alemania, el Reino Unido y Taiwán. Sin embargo, otros países, como Brasil, Israel, México, Portugal, Singapur y Arabia Saudita, quedan en la lista negra y verán limitadas sus importaciones a un máximo de 50 mil procesadores gráficos avanzados (GPU), garantizando así que la tecnología estadounidense continúe disponible para socios estratégicos y sectores cruciales como el de atención médica.

Esta normativa se fundamenta en regulaciones previas que tienen como objetivo “proteger la seguridad nacional” de EE.UU. y se dice que es el resultado de un proceso extendido de consultas con miembros del Congreso y partes interesadas.

En respuesta, Nvidia ha lanzado fuertes críticas a las restricciones, argumentando que estas iniciativas pueden obstaculizar el liderazgo tecnológico de EE.UU. El vicepresidente de Asuntos Gubernamentales de Nvidia, Ned Finkle, afirmó que estas regulaciones son innecesarias y podrían llevar a la burocratización del diseño y la comercialización de semiconductores y software en el ámbito global.

Finkle dejó claro que aunque la norma no entrará en vigor durante 120 días, sus repercusiones ya se dejan sentir en la industria. Además, hizo un llamado para que la próxima administración considere las beneficiosas políticas económicas implementadas durante el mandato de Trump, que ayudaron a impulsar la competitividad de la industria tecnológica estadounidense.