Ciencia

¡Impactante! Descubren un planeta a 140 años luz que se desintegra en tiempo récord

2025-04-22

Autor: Pedro

Un hallazgo asombroso del MIT

Un grupo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha hecho un descubrimiento que está dando de qué hablar en el mundo de la astronomía. A 140 años luz de la Tierra, han identificado un exoplaneta que, sorprendentemente, se está desintegrando.

BD+05 4868 Ab: el planeta que está en su ocaso

Este planeta lleva el complicado nombre de BD+05 4868 Ab y, al compararlo con Mercurio, se encuentra unas 20 veces más cerca de su estrella. Su periodo orbital es de apenas 30.5 horas, lo que lo convierte en un verdadero viajero del espacio.

Un ritmo alarmante de desintegración

Dirigidos por Marc Hon, una mente brillante del Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial, los científicos han sido testigos de un fenómeno alarmante: este planeta está perdiendo masa a una velocidad vertiginosa. Según sus cálculos, cada vez que orbita su estrella, ¡pierde una cantidad de material equivalente al peso del Monte Everest!

Una cola impresionante de minerales

La cola resultante de esta desintegración es colosal, extendiéndose hasta 9 millones de kilómetros, aproximadamente la mitad de su órbita completa. Este increíble hallazgo resalta la magnitud de la pérdida de material que está experimentando.

El tiempo corre: ¿desaparecerá BD+05 4868 Ab?

Los científicos advierten que, si la desintegración continúa a este ritmo, el planeta podría desaparecer por completo en uno o dos millones de años. A temperaturas que alcanzan los 1,600 grados Celsius, está 'quemándose', liberando minerales que se evaporan y escapan al espacio.

Detectado en su último suspiro

Usando datos del Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA, el equipo tuvo la suerte de detectarlo justo cuando está en su fase de desintegración. Avi Shporer, coautor del estudio, lo compara con el "último aliento" de este planeta.

La fragilidad de un pequeño gigante

La razón detrás de esta inusual descomposición radica en su pequeño tamaño y baja gravedad, que lo hacen extremadamente vulnerable. Con cada órbita, su situación empeora, y lo que estamos presenciando es un drama cósmico en tiempo real.