El pasado sábado 5 de octubre, un incidente estremecedor tuvo lugar durante una masiva marcha por Palestina en Washington D.C., donde miles de manifestantes se congregaron cerca de la Casa Blanca para protestar contra la agresiva ofensiva israelí en Cisjordania, la Franja de Gaza y Líbano.

Un hombre, identificado como Samuel Mena Jr., se roció con un líquido inflamable y prendió fuego a su brazo izquierdo, mientras en medio de gritos de desesperación agitaba su extremidad en el aire y coreaba consignas en favor de la causa palestina. Su acto, que fue tanto un grito de dolor como de resistencia, conmocionó a los asistentes y a los agentes de la policía presentes en el lugar.

Mena, quien también se presenta como periodista, acusó a los medios de comunicación de “difundir desinformación” sobre el conflicto entre Israel y Palestina, lo que lo motivó a realizar este drástico acto de protesta.

Los manifestantes y la policía reaccionaron de inmediato, utilizando agua y kufiyas para extinguir las llamas y cubrir su brazo herido, evitando que el fuego se extienda a su cuerpo. Afortunadamente, fue trasladado a un hospital cercano con lesiones que no ponen en peligro su vida.

Una publicación en su blog poco antes del incidente revela la profundidad de su desesperación y apoyo a los paletinos; en ella escribió: “A los 10 mil niños en Gaza que han perdido una extremidad en este conflicto, les doy mi brazo izquierdo. Rezo para que mi voz haya podido levantar la suya, y que sus sonrisas nunca desaparezcan.” Este potente mensaje resuena en un contexto global de creciente solidaridad con los derechos palestinos.

Cabe destacar que este evento formó parte de una serie de protestas organizadas en múltiples ciudades alrededor del mundo el mismo día. En estas manifestaciones, cientos de miles de personas se unieron para exigir el cese inmediato de las operaciones militares israelíes en Gaza y Líbano, abordando la crisis humanitaria que afecta a millones. La incansable lucha por la paz y justicia en la región cobra fuerza, mientras los ciudadanos de diversas naciones alzan sus voces para exigir cambios significativos.