Caída inminente tras alcanzar los 8.000 puntos

La Bolsa de Santiago sorprendió a muchos este viernes al abrir con una caída del 0,2% desde sus niveles récord, justo después de que su principal índice, el IPSA, alcanzara la espectacular marca de los 8.000 puntos por primera vez en la historia.

Expectativas globales marcan la tendencia

La caída de la bolsa se enmarca en un contexto global donde los mercados están a la espera de saber cómo evolucionará la tensa guerra comercial entre Estados Unidos y China. Durante sus primeros minutos de operación, el IPSA mostró una breve recuperación, manteniéndose ligeramente por encima de esa ansiada barrera de los 8.000 puntos.

Esperanza de acuerdo entre potencias

Los inversores mantienen la esperanza de que la escalofriante guerra arancelaria entre las potencias se reduzca, gracias a las recientes declaraciones de la Casa Blanca. El presidente Donald Trump se prepara para aprovechar su viaje a Roma, donde asistirá al funeral del Papa Francisco, para dialogar con otros líderes internacionales sobre comercio.

Chile, en la mira de los aranceles

Chile se enfrenta a un nuevo panorama bajo el arancel del 10% impuesto por EE.UU. a muchos países de la región, excepto a México, Venezuela y Nicaragua, que enfrentarán tasas aún más altas. No obstante, el cobre, la joya de nuestra producción nacional, quedará exento de impuestos, lo que trae un aire de respiro a nuestros exportadores.

Relación comercial sólida

Desde 2003, Chile goza de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, lo que ha permitido que la gran mayoría de los intercambios de mercancías entre los dos países sean libres de aranceles. Estados Unidos se posiciona como el segundo socio comercial de Chile, justo detrás de China, importando no solo cobre, sino también una variedad de productos como filetes de pescado y frutas.

El futuro es incierto

Mientras todos los ojos están puestos en la evolución de esta guerra comercial, el clima financiero en Chile refleja la ansiedad y el interés por el desenlace de estas negociaciones. La pregunta en el aire es: ¿Podrán las potencias llegar a un acuerdo o la tensión seguirá afectando los mercados?