El famoso cantante puertorriqueño Bad Bunny ha compartido detalles conmovedores acerca de su lucha personal con la depresión durante su juventud. En una reciente entrevista con "The Zane Lowe Show" de Apple Music 1, el artista, que ahora tiene 30 años y disfruta del éxito de su nuevo álbum, "Debí tirar más fotos", rememoró su difícil experiencia con la salud mental.

Durante la conversación, Bad Bunny recordó cómo, a la edad de 20 años, se sintió agobiado y llegó a pensar que su vida estaba prácticamente terminando. "Era el final de mi vida. Pensé: '¡Oh, Dios mío, tengo 20 años! ¡Soy un maldito viejo! ¡Estoy a punto de morir! ¡Este es el final!'", confesó legítimamente angustiado.

El cantante, conocido por su estilo auténtico y su conexión con el público, también reflexionó sobre su vida cotidiana en aquel entonces: estudiaba y trabajaba en una tienda, lo que sumado a sus preocupaciones, lo llevó a experimentar esos sentimientos oscuros. Mencionó que es una persona "muy emotiva" y que tiende a pensar demasiado sobre la vida. "Estoy aprendiendo a no pensar demasiado y a disfrutar del momento", agregó.

Las reflexiones de Bad Bunny no se detienen aquí. Habló sobre la presión social que se siente al cumplir 30 años, cuando las expectativas comienzan a cambiar. "La gente empieza a preguntarte: ¿Te vas a casar? ¿Vas a tener hijos? Y te hace cuestionar: ¿Estoy haciendo lo correcto?", explicó, un tema que resuena con muchos jóvenes de su generación.

Además, Bad Bunny compartió su perspectiva sobre su carrera musical, a punto de cumplir una década en la industria. Para él, es una locura reflexionar sobre su camino, a veces sintiéndose como un novato en este vasto mundo de la música. "Siento que este es mi primer año. Este es mi primer álbum para mí", reveló, lo que muestra su constante evolución artística.

Por si fuera poco, el artista también tocó el aspecto social de su vida, afirmando que le ha costado hacer amigos. "Siempre me costó hacer amigos. Por eso tengo los mismos desde la infancia. No soy antisocial, pero tengo hábitos extraños de la niñez que me lo dificultan", concluyó.

La sinceridad de Bad Bunny sobre su depresión no solo destaca una lucha personal extendida en el ámbito de la celebridad, sino que también fomenta un espacio para que otros hablen sobre sus propias experiencias. La salud mental es un tema crucial en la actualidad, y figuras como él ayudan a desestigmatizar la conversación.