Joël Le Schournec, un cirujano con una carrera oscura, está acusado de violar y agredir sexualmente a la alarmante cifra de 299 pacientes, en su mayoría jóvenes y algunos menores. Estos atroces actos ocurrieron mientras las víctimas estaban bajo sedación en la camilla de operaciones. El juicio de este caso horrendo comenzará en 2025 y ha generado un enorme interés mediático, especialmente tras el reciente escándalo de Dominique Pelicot, quien también se enfrenta a graves acusaciones por el abuso de su esposa.

El fiscal de Lorient, Stéphane Kellenberger, ha revelado en una conferencia de prensa que la investigación, que culminó en julio, está ahora a la espera de una fecha de juicio definitiva en Vannes, en la primera mitad de 2024. Durante cuatro años de investigación, las autoridades han recopilado pruebas que confirman que Le Schournec, de 72 años, abusó de sus pacientes en diversos hospitales del noreste de Francia entre 1989 y 2014.

La desgarradora estadística revela que la edad promedio de las víctimas es de solo 11 años; 158 eran hombres y 141 mujeres. De estos casos, 256 víctimas tenían menos de 15 años en el momento del abuso. Kellenberger ha declarado que 111 de estas incidentes se pueden clasificar como violaciones agravadas, mientras que el resto son considerados como agresiones sexuales agravadas. Ante esta grave situación, Le Schournec podría enfrentar una condena de hasta 20 años en prisión, que podría sumarse a otros 15 años ya impuestos en 2020 por la violación de la hija de unos vecinos.

Más inquietantes son las revelaciones de que el cirujano mantenía un registro meticuloso de sus crímenes. Durante la investigación, se encontraron cuadernos en su hogar en los que anotaba la identidad de sus víctimas junto con los detalles de los abusos cometidos. Esto resulta escalofriante, ya que muchas de las víctimas ni siquiera recordaban estos horrorosos incidentes debido a que estaban totalmente sedadas o en estado de reanimación.

Además, se ha señalado que los exámenes psiquiátricos de las víctimas han revelado diversos traumas postraumáticos asociados a estos abusos, lo que subraya el impacto duradero de los crímenes perpetrados por Le Schournec. A lo largo de los cuatro años de instrucción, el cirujano admitió varios de los hechos y expuso su modus operandi para evitar ser descubierto.

Curiosamente, el acusado ya había enfrentado denuncias por sospechas de abuso en 2006, pero los servicios hospitalarios no tomaron acción, lo que ha llevado a Kellenberger a abrir una investigación paralela sobre la posible ocultación de estos delitos.

Este caso, cuya gravedad y extensión es absolutamente alarmante, recuerda la reciente lucha judicial contra la impunidad en casos de abuso sexual. La sociedad francesa se pregunta cuántas vidas fueron afectadas por la gestión inadecuada de las denuncias y qué cambios se implementarán para garantizar que tales atrocidades no se repitan en el futuro.