El 11 de septiembre de 2021, un impresionante operativo de la Policía de Investigaciones (PDI) sorprendió a Santiago al realizar allanamientos en 23 residencias en distintas comunas, marcando el clímax de una intensa investigación de narcotráfico que implicaba a migrantes chinos. En esta operación se confiscaron más de 340 millones de pesos en efectivo, armas, y una considerable cantidad de drogas: 1.620 plantas, 36 sacos y 15 bolsas de marihuana en un galpón en Macul.

El objetivo del operativo era desarticular a los supuestos líderes de la organización criminal Bang de Fujian, conocida por su alcance internacional y su conexión con el tráfico de personas y trabajo forzado en el contexto del narcotráfico.

Inicialmente, nueve personas fueron arrestadas, acusadas de formar parte de esta mafia que, según la fiscalía, se había establecido para traficar marihuana y otras drogas en Chile. Escuchas telefónicas que apuntaban a un karaoke en Recoleta, conocido como KTV, fueron utilizadas como evidencia, ya que este lugar fue catalogado como el centro de operaciones de la organización.

Sin embargo, el 14 de noviembre, el 6° Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago desestimó la teoría de la mafia, absolviendo a todos los acusados del delito de asociación ilícita. Solo cinco de ellos fueron condenados por tráfico ilícito de drogas, mientras que tres fueron absueltos de todos los cargos.

Según informaciones de la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío, la fiscalía no pudo probar la existencia de una organización criminal al respecto, y las grabaciones presentadas como evidencia en el juicio enfrentaron serias dudas sobre la precisión de sus transcripciones.

El veredicto final se conocerá el próximo 16 de diciembre, donde se dictarán las penas apropiadas y se explicarán las razones detrás de las decisiones tomadas.

Una historia de narcopolítica y corrupción

El seguimiento a la banda Bang de Fujian comenzó en 2020, cuando cuatro ciudadanos chinos fueron arrestados en relación a una investigación de la Brigada Antinarcóticos Metropolitana Sur. Esta pesquisa reveló conexiones entre traficantes en La Pintana y migrantes chinos, lo que sumó a las sospechas de que la mafia, que opera en varias partes del mundo, había llegado a Chile con intenciones delictivas.

Se estima que en Cataluña, el grupo también realizó actividades ilícitas, llevando a cabo investigaciones que llevaron a la captura de cuatro individuos en San Antonio, donde se hallaron 1.466 plantas de marihuana y 244 kilos de la droga. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha logrado una condena por asociación ilícita.

Del total, ocho personas enfrentaron juicio oral, con la mayoría acusadas de tráfico de drogas y una sola de asociación ilícita. Durante los alegatos, la fiscalía reiteró que los acusados eran parte de la mafia Bang de Fujian y que tenían un plan conjunto para delinquir en Chile. La defensa argumentó consistentemente que no había evidencia suficiente para respaldar tal teoría.

Tras meses de audiencias, el tribunal anunció la absolución del delito de asociación ilícita para todos los acusados, ya que no se demostraron elementos clave como la permanencia, un objetivo común o una jerarquía clara dentro de la organización. No obstante, sí se reconoció una agrupación para el tráfico ilícito de drogas, lo que aumenta la pena en comparación a si se tratara de delitos individuales.

Cuatro de los acusados fueron declarados culpables por tráfico de drogas, mientras que uno enfrentará cargos por microtráfico. La evidencia crucial en su contra provino de los operativos realizados, donde se encontraron drogas en sus domicilios y en el galpón mencionado. Los arrestados han permanecido detenidos en Santiago 1 desde 2021.

En un giro inesperado, tres acusados fueron totalmente exonerados, incluida Hui Zhao, madre de uno de los detenidos, que fue liberada tras pasar cuatro meses en prisión preventiva. La mujer fue inicialmente acusada por vivir con su hijo en la vivienda donde se encontraron drogas. También fueron absueltos Zele Chen y Yingwei Cheng, enfrentando previamente cargos relacionados a narcotráfico y asociación ilícita.

Barreras lingüísticas y pruebas cuestionables

Uno de los obstáculos más grandes en la investigación fue la barrera del idioma. Algunos acusados hablaban un dialecto específico de la región de Fujian, lo que complicó la presentación de pruebas, ya que era difícil traducir correctamente las escuchas telefónicas.

La colaboración con INTERPOL España fue solicitada, dado que ya se había desmantelado un grupo de Bang de Fujian en abril de 2021. Sin embargo, la defensa cuestionó la validez de las traducciones, alegando que eran imprecisas y no se realizaron por peritos presentes para testificar durante el juicio.

Expertos familiarizados con el caso sugieren que los tribunales pudieron haber desestimado esta evidencia en el fallo final, contribuyendo a las absoluciones. Los detalles completos se darán a conocer en la próxima lectura del fallo el 16 de diciembre, lo que ha dejado a la opinión pública en expectación.