En un trágico suceso, un periodista de Al Jazeera, Ahmed al Louh, falleció este domingo (15 de diciembre de 2024) debido a un bombardeo israelí en la Franja de Gaza, como informó la cadena de noticias con sede en Qatar. Este ataque se dirigió contra el campo de refugiados de Nuseirat, donde no solo perdió la vida al Louh, sino también tres valientes paramédicos que trabajaban en el edificio de la Defensa Civil.

El ejército israelí, al ser contactado por la prensa, afirmó que "está investigando las informaciones" sobre el ataque, que ha suscitado una ola de condenas de organizaciones humanitarias y de derechos humanos. La Defensa Civil de Gaza expresó su indignación al declarar que "la ocupación israelí bombardeó directamente a nuestros trabajadores en su centro en Nuseirat, sin consideración humanitaria o legal alguna, matándolos mientras llevaban a cabo sus oraciones tras una misión de rescate".

Los paramédicos que perdieron la vida en este ataque fueron identificados como Jaled Muhammad al Maqadamah, Nidal Aliyan Abu Hajeir y Alaa al Abd al Naizi. Este ataque representa otra capítulo oscuro en la larga lista de agresiones que han afectado a los trabajadores de la salud y medios de comunicación en la región.

Desde el inicio de la reciente guerra en Gaza tras los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023, Al Jazeera ha estado cubriendo incansablemente los efectos devastadores de la campaña militar israelí. Sin embargo, el canal ha enfrentado constantes acusaciones desde Israel, que lo culpa de mantener vínculos con el grupo Hamás y otros grupos militantes. Esto llevó al cierre de su oficina en Israel en mayo pasado y a prohibiciones para operar desde el país.

Al Jazeera ha rechazado estas acusaciones, afirmando que hay una caza sistemática de sus empleados en Gaza. Lamentablemente, con la muerte de Ahmed al Louh, ya son cinco los periodistas del canal que han muerto desde el inicio de las hostilidades. Asimismo, el número de miembros de la Defensa Civil que han fallecido por ataques israelíes desde el 7 de octubre alcanza la alarmante cifra de 94.

Este último ataque reitera la urgente necesidad de protección para los trabajadores humanitarios y periodistas en zonas de conflicto, quienes arriesgan sus vidas para informar sobre la realidad en el terreno y asistir a quienes más lo necesitan.