¿Te imaginas que pudieses respirar por el ano? Lo que parece una broma absurda ha sido confirmado por un grupo de investigadores liderados por Takanori Takebe, quienes, en 2021, descubrieron que los mamíferos tienen la capacidad de absorber oxígeno a través de sus intestinos, lo que técnicamente permite la respiración anal, aunque de forma limitada. Este sorprendente hallazgo les valió el "Ig Nobel de Medicina" en 2024, un premio humorístico que celebra los descubrimientos más peculiares y divertidos en el mundo científico.

El estudio, realizado por un equipo de científicos japoneses y estadounidenses, fue publicado y destacó que mientras que la mayoría de los mamíferos respiran a través de la nariz y la boca, existen especies que pueden utilizar sus intestinos para obtener oxígeno, una capacidad que tiene paralelismos en algunos animales marinos, como los pepinos de mar.

Al recibir el premio, Takebe, gastroenterólogo del Hospital Infantil de Cincinnati y profesor en la Universidad Médica y Dental de Tokio, expresó su esperanza de que esta investigación pueda tener aplicaciones en pacientes con problemas respiratorios. "Espero que este hallazgo sirva algún día para que personas con dificultades respiratorias reciban este tratamiento", comentó.

Los Premios Ig Nobel, organizados por la revista 'Annals of Improbable Research', reconocen investigaciones que, aunque cómicas, invitan a la reflexión sobre la ciencia y los métodos de investigación. Durante la ceremonia de premiación, el equipo de Takebe se mostró entusiasta, reconociendo la importancia de su trabajo.

En el estudio de 2021, el equipo indujo hipoxia en ratones y cerdos al mismo tiempo que se les administraba oxígeno puro y perfluorocarbonos vía rectal. Los resultados fueron asombrosos: alrededor del 75% de los animales sobrevivieron, y la cantidad de oxígeno en su sangre aumentó notablemente, ayudando a aliviar los síntomas de hipoxia.

Este descubrimiento abre puertas a potenciales tratamientos para humanos en situaciones críticas, como en la reciente pandemia de COVID-19. Aunque algunos expertos son escépticos sobre la implementación futura de este método, consideran que los resultados iniciales son prometedores. Volviendo al gastroenterólogo Sean Colgan, enfatiza la necesidad de una cuidadosa consideración antes de usar este enfoque en pacientes humanos, señalando que podría tener efectos secundarios negativos en la microbiota intestinal.

Este curiosísimo hallazgo nos lleva a pensar en las posibilidades futuras de la investigación médica. ¿Podría la respiración anal convertirse en una técnica médica revolucionaria? El tiempo lo dirá, pero desde luego, seremos testigos de cómo la ciencia puede sorprendernos de las formas más inesperadas.