A menudo, las películas sobre tiburones retratan a estos majestuosos depredadores como silentes cazadores que se aproximan a su presa sin hacer ni un solo sonido. Sin embargo, un nuevo estudio revela una sorprendente verdad: los tiburones pueden, de hecho, hacer ruido. Este descubrimiento fue hecho accidentalmente por un grupo de investigadores durante una expedición reciente.

Un artículo publicado en la prestigiosa revista Royal Society Open Science, liderado por la bióloga Carolin Nieder del Departamento de Biología de la Institución Oceanográfica Woods Hole, documenta este sorprendente hallazgo como ‘el primer caso registrado de producción deliberada de sonido en tiburones’. Se trata de un chasquido producido por los dientes de un tiburón.

Hasta ahora, se carecía de información suficiente sobre los sonidos producidos por tiburones y rayas, lo que limitaba nuestra comprensión sobre su comunicación acústica. En contraste, más de 1,000 especies de peces óseos sí son capaces de producir sonidos para una variedad de contextos sociales, como el cortejo y la defensa. Aunque se conoce que tiburones, rayas y peces raya pueden oír sonidos subacuáticos, hasta esta investigación no se había comprobado que pudieran producir sonidos de manera voluntaria para comunicarse.

Investigaciones anteriores habían sugerido que ciertos elasmobranquios podrían tener la capacidad de producir sonidos, posiblemente como resultado de sus movimientos al nadar. En 2022, un estudio en Indonesia y Australia también encontró que dos especies de rayas producen chasquidos al acercarse a buceadores, incrementando la evidencia sobre la comunicación acústica en estos animales.

Nieder, quien previamente había trabajado en la audición de delfines, estaba en el Laboratorio Marino Leigh de la Universidad de Auckland cuando colgó un micrófono en un tanque. Mientras recogía el equipo, escuchó un ‘clic… clic…’. Decidió entonces realizar una serie de experimentos adicionales con tiburones. Durante dichas pruebas, el tiburón no volvió a producir el sonido, sugiriendo que podría ser una respuesta involuntaria al estrés.

Este hallazgo abrió la puerta a más investigaciones. Junto a su equipo, Nieder estudió a 10 tiburones y registró múltiples chasquidos, con un promedio de nueve durante un período de 20 segundos.

Según asegura, ‘los sonidos podrían provenir del chasquido de los dientes’. Este descubrimiento no es más que el comienzo de una serie de indicios que podrían revelar más sobre la emisión de sonidos en tiburones. La investigación también plantea la necesidad de realizar más estudios de comportamiento para determinar si los chasquidos son incidentales o tienen un significado conductual importante.

Así, mientras los tiburones rompen su silenciosa imagen, queda claro que todavía hay mucho por descubrir sobre la vida social y comunicativa de estos fascinantes habitantes de los océanos.