Los tardígrados, conocidos popularmente como "osos de agua" o "cerditos de musgo," son diminutos animales acuáticos que desafían las leyes de la naturaleza. Aunque su apariencia regordeta y segmentada pueda parecer simpática, su resistencia los convierte en unos de los organismos más indestructibles del planeta.

Estos pequeños seres pueden sobrevivir a temperaturas extremas, así como a la radiación ultravioleta e incluso a las condiciones más hostiles del espacio exterior. Recientemente, un estudio innovador realizado por un equipo de investigadores brasileños, dirigido por Flávia de Franca de la Universidad Federal de Pernambuco, ha revelado una cualidad sorprendente: muchos tardígrados parecen ser inmunes a la ingesta de microplásticos.

Los microplásticos son partículas de plástico de menos de 5 milímetros que provienen de diversos productos plásticos y representan un grave riesgo para la vida marina. Este estudio, publicado en la revista PeerJ Life and Environment, identificó que, a diferencia de otros invertebrados, los tardígrados no ingieren estas partículas dañinas. De hecho, los investigadores recolectaron una muestra de meiofauna de una playa en la costa noreste de Brasil y encontraron que, aunque muchos organismos ingirieron microplásticos, los tardígrados no lo hicieron.

Los investigadores utilizaron microesferas de poliestireno fluorescente como parte de su estudio y hallaron que, aunque más de la mitad de los tardígrados presentaban partículas de microplásticos en la superficie de sus cuerpos, especialmente en sus apéndices locomotores, no las consumían. Esta resistencia se debe, según los científicos, a la particular estructura de su aparato alimenticio, que emplea un tubo bucal con un estilete para perforar y succionar, en lugar de tragar organismos enteros.

Además, el estudio resalta que no todos los tardígrados tienen la misma estructura corporal, lo que implica que la resistencia a los microplásticos podría variar entre especies. Sorprendentemente, los investigadores también encontraron evidencia de que otros organismos, como los gusanos planos y los gastrotricos, sí consumen microplásticos, lo que puede tener consecuencias a lo largo de la cadena alimenticia marina.

Los gastrotricos, que se alimentan de materia orgánica, también ingieren microplásticos al confundirlos con alimento, lo que es alarmante ya que las bacterias pueden crecer en la superficie de los plásticos, haciéndolos más atractivos para estos pequeños organismos. Este hallazgo subraya la seria amenaza que representan los microplásticos para la biodiversidad marina.

El estudio revela además la relación entre la concentración de microplásticos en el medio ambiente y su ingesta por parte de los organismos, sugiriendo que a mayor cantidad de plástico, mayor es la ingestión. Sin embargo, los efectos ecológicos no son tan claros en concentraciones extremas de microplásticos, lo que evidencia la complejidad de este tema.

En conclusión, aunque la situación de los microplásticos es preocupante, los tardígrados parecen ser una excepción, lo que proporciona un pequeño rayo de esperanza en medio de una crisis ecológica. Desde su descubrimiento en 1773, estos fascinantes organismos han capturado la atención de científicos y curiosos por igual. Actualmente se conocen más de 1,300 especies de tardígrados, y su capacidad para sobrevivir en condiciones extremas continúa siendo un área activa de investigación. Así que la próxima vez que escuches acerca de los “osos de agua”, recuerda que son verdaderos guerreros de la naturaleza, ¡más fuertes de lo que jamás imaginaste!