Un emocionante descubrimiento ha sido realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Chile, quienes han revelado cómo se agrupa el gas primordial que dio origen a las galaxias que habitamos hoy. Esta innovadora investigación se publicó en la prestigiosa revista Astronomy & Astrophysics y ha capturado la atención de la comunidad científica y del público general.

Sebastián López, destacado académico del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, lideró esta ambiciosa investigación. Con un doctorado en astrofísica de la Universidad de Hamburgo, López se ha adentrado en los misterios del cosmos para entender mejor los orígenes de nuestras galaxias.

El estudio ha demostrado que el gas que rodea a las galaxias, el cual es esencial para la formación estelar, no es homogéneo, sino que se presenta en pequeñas aglomeraciones. “(El gas) no es continuo, sino que aparece en pequeños grumos, como si fueran nebulosas —aunque son diferentes en su naturaleza física— e incluso hemos logrado medir su tamaño”, explica López en un video compartido por AstroUChile.

Las dimensiones de estas nubes de gas son asombrosas, pudiendo abarcar años luz en distancia. Para ponerlo en perspectiva, un año luz equivale a aproximadamente 9.461 billones de kilómetros. Esto implica que solo una de estas nubes tendría un tamaño colosal, lo que subraya la vastedad del universo.

Según el comunicado de la universidad, el equipo de López logró examinar el gas que forma las galaxias mediante una técnica innovadora conocida como “tomografía de arcos gravitacionales”. Esta metodología, relativamente nueva, implica el uso de imágenes distorsionadas por lentes gravitacionales para delinear la forma del gas natal que rodea a las galaxias.

Esto ocurre cuando la luz de objetos lejanos, como galaxias o estrellas, se ve afectada por un objeto masivo en primer plano, distorsionando la trayectoria de la luz, de un modo similar a cómo funciona una lupa. Las implicaciones de este descubrimiento son vastas y podrían cambiar nuestra comprensión del cosmos.

El astrofísico López ha declarado que el próximo paso en su investigación será replicar estas observaciones con otros tipos de objetos celestiales. Hasta ahora, han utilizado potentes instrumentos como el Very Large Telescope (VLT) de la ESO en Chile y el telescopio Hubble de la NASA. Sin embargo, tienen planes de realizar más observaciones con el telescopio espacial James Webb, que promete tener aún más capacidades. “El James Webb definitivamente será crucial y nos ayudará a validar nuestros hallazgos con otros objetos”, acentúa.

Este esfuerzo no es solo atribuible a una sola persona. López enfatiza que este descubrimiento es el resultado del trabajo en conjunto de múltiples investigadores, mencionando al grupo ARCTOMO y la colaboración con científicos de diversas instituciones, incluyendo universidades de Estados Unidos y Europa.

¡Este descubrimiento no solo arroja luz sobre el pasado del universo, sino que también abre puertas a nuevas investigaciones que podrían revelarnos aún más sobre los secretos del cosmos!