En el Barranc de la Boella, ubicado en La Canonja, Tarragona, se ha revelado un increíble hallazgo que retrocede en el tiempo a hace aproximadamente 900,000 años. Este lugar no solo fue un sitio de asentamiento humano, sino una auténtica "fábrica" de herramientas de piedra avanzadas, que siente las bases de la innovación tecnológica en Europa durante la prehistoria.

Investigadores del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) han estudiado estos antiguos artefactos, descubriendo que sus creadores no se limitaron a la simple fabricación de instrumentos líticos; además, gestionaron los recursos naturales de manera más eficiente, introdujeron técnicas de talla más complejas, y desarrollaron patrones de transporte innovadores. ¡Esto cambia todo lo que sabíamos hasta ahora!

Una Conexión con África:

El equipo de expertos ha detallado en un artículo para la prestigiosa revista Journal of Paleolithic Archaeology que esta tecnología no se originó únicamente en la península ibérica, sino que se trata de un legado de varias oleadas migratorias de homininos que llegaron de África. Se plantea que la dispersión de la tecnología Achelense, caracterizada por las herramientas trabajadas en ambas caras, se dio a partir de un contacto temprano con el continente africano hace alrededor de 1.4 millones de años.

Además, las herramientas descubiertas en Tarragona aportan una nueva visión sobre las migraciones humanas durante el Pleistoceno Medio, desafiando la creencia de que Europa era un escenario aislado. Según el doctor Diego Lombao, este sitio se convierte en un punto de referencia clave que muestra cómo Europa estuvo en constante interacción con África y el Cercano Oriente, marcando un hito crucial en la historia tecnológica del continente.

Avances Tecnológicos y Cognitivos:

Las herramientas, que incluyen grandes hachas y picos típicos del Modo 2 o Acheliano, fueron elaboradas con un notable nivel de planificación y precisión. Es fascinante saber que la selección de materias primas fue específica: se utilizaba sílex para herramientas pequeñas y esquisto para las más grandes. Este conocimiento de los materiales refleja no solo un desarrollo tecnológico avanzado, sino también la elevada capacidad cognitiva de estos homininos.

Se ha descubierto que el transporte de herramientas ya elaboradas y la utilización adecuada de plantillas para alcanzar formas deseadas fueron prácticas comunes entre estos antiguos grupos, indicando una sofisticación sin precedente en la interacción social y trabajo en equipo.

Reflexionando sobre el Pasado:

Finalmente, este yacimiento resalta que el camino de la innovación tecnológica no fue lineal, sino el resultado de contactos y migraciones complejas. La evidencia sugiere que las poblaciones humanas en Europa intercambiaron conocimientos tecnológicos con sus homólogos africanos hace casi un millón de años, cerrando la brecha que existía entre estos continentes.

El Barranc de la Boella no solo es un testimonio único de la evolución humana, sino una ventana a un mundo de avances tecnológicos y cognitivos que formaron la base de lo que somos hoy. ¡Este descubrimiento invita a repensar la rica narrativa de nuestra historia y sus interconexiones!

Sin duda, la arqueología sigue desvelando los secretos del pasado, y Tarragona se posiciona como un epicentro en la historia de la humanidad. ¡Prepárense para más sorpresas que podrían surgir de esta región dinámica y llena de historia!