El 28 de julio de 2024, Edmundo González Urrutia se presentó como candidato a la presidencia de Venezuela, enfrentándose a Nicolás Maduro. El partido de González, Vente Venezuela, proclamó una contundente victoria; sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Maduro como vencedor de las elecciones, en un resultado ampliamente criticado por la oposición y la comunidad internacional como un fraude electoral.

A pesar de las numerosas exigencias de informes y actas de votación que validarían la victoria de Maduro, el CNE se ha mantenido en silencio, lo que ha alimentado aún más las sospechas de manipulación de los resultados.

En este contexto de incertidumbre y presiones políticas, Edmundo González tomó la difícil decisión de exiliarse en España en septiembre, luego de que un juez emitiera una orden de captura en su contra bajo acusaciones de usurpación de funciones y conspiración. Tras su llegada a Europa, González comenzó a planificar su regreso a Venezuela.

En enero de 2025, realizó una gira por varios países de América Latina, incluyendo Argentina, Uruguay, Panamá, Estados Unidos y República Dominicana, con la intención de fortalecer su apoyo internacional. Durante su primera parada, González anunció su intención de regresar a Venezuela para asumir la presidencia el 10 de enero, aunque este plan no se logró concretar. Durante esos momentos críticos, el régimen de Maduro lanzó una recompensa de 100.000 dólares por información sobre el paradero del líder opositor, intensificando el clima de tensión.

Aunque originalmente González había planeado ingresar a Venezuela, la líder de la oposición, María Corina Machado, sugirió que lo más prudente sería que se mantuviera en el exterior, dado el ambiente hostil. Machado, que fue detenida brevemente por las autoridades durante una protesta, explicó que la seguridad de González era primordial para la estrategia de la oposición que busca derrocar al régimen de Maduro.

A pesar de los llamados de la oposición, el régimen intensificó sus estrategias represivas, cerrando las fronteras y el espacio aéreo del país durante 72 horas. Este cierre fue atribuido a "razones internas", pero muchos lo interpretaron como un intento de frustrar el potencial regreso de González.

Durante este tiempo, Machado fue detenida y liberada luego de que se la obligara a grabar videos en los que afirmaba estar bien, lo que generó más indignación entre los opositores y críticos del gobierno.

El régimen de Maduro, a través de sus ministros, negó la detención de Machado, alegando que se trataba de una distracción mediática impulsada por la oposición. Por su parte, Diosdado Cabello, uno de los máximos líderes del régimen, advirtió que cualquier intento de González de regresar a Venezuela resultaría en su inmediata detención.

A través de un mensaje enviado desde República Dominicana, Edmundo González reiteró su compromiso de regresar a Venezuela en el momento adecuado para asumir la presidencia, instando a las Fuerzas Armadas a desconocer las órdenes del régimen. Sin embargo, el contexto actual se presenta extremadamente desalentador, con voces internacionales como las del expresidente mexicano Felipe Calderón y la exmandataria costarricense Laura Chinchilla expresando su preocupación por la creciente represión y el ambiente hostil hacia los opositores en Venezuela.

El hecho de que las medidas represivas por parte del chavismo se intensifiquen añade más incertidumbre sobre el futuro político del país. Muchos se preguntan si Edmundo González podrá cumplir su promesa de regresar y asumir el cargo que dice ser el Presidente legítimo de Venezuela. ¿Está el país preparado para un cambio, o se enfrentará a otra ronda de represión bajo el régimen de Maduro? La respuesta podría ser decisiva para el destino de Venezuela.