Cuando una estrella se acerca a su ocaso, se desencadena un fenómeno impresionante conocido como supernova. Esta catástrofe cósmica es el resultado del colapso monumental de la estrella debido a su propia gravedad, que sucede de manera rápida y violenta. Este evento no es raro en el universo, pero la transición de una estrella hacia sus últimos días también se refleja en su color.

Las estrellas brillan gracias a un proceso de fusión nuclear en el que se combinan el hidrógeno y el helio. No obstante, a medida que pasa el tiempo, estos recursos se agotan. Las estrellas más grandes consumen su hidrógeno más rápidamente, lo que resulta en una vida mucho más corta para ellas. Este tamaño estelar está relacionado con la luminosidad que emiten, y es crucial en el análisis de su ciclo de vida.

¡El color importan más de lo que piensas!

El color de una estrella es un indicador clave de su etapa vital. Las estrellas jóvenes suelen mostrar un color azul brillante, mientras que a medida que envejecen y se acercan al final de su vida, adquieren tonos más rojizos. Un claro ejemplo es Betelgeuse, ubicada en la constelación de Orión, que se considera una de las estrellas más cercanas a alcanzar su final.

Betelgeuse es una 'supergigante roja' y es la novena estrella más brillante del firmamento, con una masa impresionante que es veinte veces superior a la del Sol. Los astrofísicos han evaluado que la transformación de Betelgeuse en una supernova podría ocurrir en un futuro relativamente cercano, estimándose en un rango de entre 10,000 a 20,000 años. Sin embargo, algunos expertos son más conservadores y creen que podría continuar existiendo durante un periodo muchísimo más extenso.

Situada a alrededor de 400 años luz de la Tierra, la eventual explosión de Betelgeuse será un espectáculo grandioso que iluminará el cielo nocturno de nuestra planeta, permitiendo a los astrónomos y entusiastas de la astronomía presenciar un fenómeno que, aunque devastador, ofrece una oportunidad única para comprender mejor el ciclo de vida de las estrellas. Así que, ¡mantén los ojos en el cielo! Lo que estamos a punto de presenciar en el cosmos podría ser un espectáculo que no se repetirá en milenios.