Durante décadas, nuestro planeta ha estado recibiendo misteriosas señales de radio provenientes de las profundidades del Cosmos. Aunque se han identificado estos pulsos en el pasado, su origen ha permanecido envuelto en un velo de especulación científica. Recientes avances tecnológicos y estudios han permitido a los científicos desentrañar parte de este enigma, revelando nuevas pistas sobre el origen de estas enigmáticas emisiones que atraviesan el espacio hasta llegar a nosotros.

Un nuevo estudio, publicado en *The Astrophysical Journal Letters*, ha logrado avanzar en la comprensión de estas emisiones. Se sugiere que podrían derivar de un sistema estelar mucho más complejo de lo que se pensaba inicialmente. En particular, se ha identificado una nueva señal que podría originarse en una enana roja que orbita junto a una enana blanca. Esta investigación, divulgada el 1 de diciembre de 2024, presenta evidencia sólida de esta interacción estelar profundamente fascinante.

Las ondas de radio que recibimos en la Tierra son capaces de persistir semanas e incluso meses, pero finalmente desaparecen sin dejar rastro. A lo largo de los años, su captación ha presentado grandes desafíos, especialmente dado que muchas de estas señales provienen de regiones densas de nuestra galaxia, lo que dificulta la identificación precisa de sus fuentes.

Gracias a las nuevas investigaciones, ahora se ha podido apuntar hacia zonas menos congestionadas y más fáciles de estudiar, lo que ha permitido obtener información valiosa sobre la naturaleza de estas señales. La fuente recientemente identificada, GLEAM-X J0704-37, puede emitir pulsos de hasta un minuto de duración cada 2,9 horas, lo que la convierte en la más lenta detectada hasta la fecha.

El estudio sugiere que estos pulsos podrían tener su origen en una enana blanca y una enana roja en estrecha órbita. El viento estelar de la enana roja, en conjunction con el campo magnético de su compañera enana blanca, podría estar acelerando partículas cargadas y proyectándolas en el espacio en forma de complejas emisiones de radio. Comparando con otros sistemas binarios similares, aunque se han detectado señales de radio, ninguna ha sido tan intensa como esta, lo que indica que podría existir un fenómeno aún más complejo detrás de este bombardeo de radiofrecuencias.

Sin embargo, los investigadores siguen debatiendo si este hallazgo representa un modelo que podría ser aplicable a la mayoría de las señales de radio que recibimos o si, por el contrario, se trata de un caso más dentro de un conjunto más amplio de orígenes diversos. Estudios anteriores han indicado que también podrían provenir de planetas similares a la Tierra, lo que amplía considerablemente el horizonte de posibilidades sobre el origen de estas ondas.

Es crucial que continuemos esta línea de investigación para comprender mejor los orígenes de estos constantes bombardeos de ondas de radio que llegan a nuestro planeta. ¡La búsqueda de respuestas a los misterios del Universo apenas comienza!