Una impactante revelación ha dejado al mundo del deporte con la boca abierta. La tenista canadiense Gabriela Dabrowski, quien ha tenido un año excepcional en las canchas, ha compartido que ha estado luchando contra el cáncer mientras competía. A través de sus redes sociales, Dabrowski, de 32 años, confesó: "Sé que esto será un shock para muchos, pero estoy bien y estaré bien. La detección temprana salva vidas".

Según informes de Daily Mail, en 2023, a Dabrowski se le detectó un bulto que se consideró inicialmente inofensivo. Sin embargo, solo un año después, tras una ecografía, descubrieron que tenía cáncer. En medio de esta situación tan delicada, la tenista tomó la decisión de retrasar su tratamiento. ¿El motivo? Competir en Wimbledon junto a su compañera Erin Routliffe, con la que lograron llegar a la final y obtener el subcampeonato.

Pero eso no fue todo. Los Juegos Olímpicos la esperaban a la vuelta de la esquina. Gabriela fue invitada a participar en la competencia de dobles mixtos junto a Felix Auger-Aliassime, y juntos consiguieron una medalla de bronce, un logro que la dejó emocionada.

El año tan exitoso ha llevado a Dabrowski a posicionarse como la tercera mejor doblista del mundo. "Todo parece surrealista", comentó, reflexionando sobre el contraste entre su desempeño deportivo y los retos personales que ha enfrentado. "¿Por qué estoy compartiendo mi historia ahora? Durante mucho tiempo no estaba lista para exponerme a la atención y preguntas que podría recibir".

A medida que la tenista profundizaba en su lucha contra el cáncer, se dio cuenta de la importancia de tener un apoyo sólido y acceso a atención médica especializada. Antes de Wimbledon, se sometió a una intervención quirúrgica debido al dolor que sentía, que incluso le imposibilitaba lanzar la pelota para servir.

Tras su exitoso paso por los torneos, Dabrowski decidió iniciar un tratamiento más intensivo para combatir el cáncer, incluyendo radioterapia y terapia endocrina. "Mi intención al compartir parte de mi experiencia es enfatizar la calidad de vida que se puede mantener cuando el cáncer se detecta a tiempo y se tiene acceso a atención médica adecuada", afirmó.

"Perder todo por lo que había trabajado toda mi vida era una posibilidad real", reflexionó, reconociendo que, afortunadamente, lo peor parece haber quedado atrás. Gabriela recordó con gratitud el apoyo incondicional de sus padres, amigos, entrenadores y su compañera de dobles, quienes han estado a su lado en esta difícil travesía. Su historia es un testimonio conmovedor de fortaleza y resiliencia que seguramente inspirará a muchos.