Hace seis meses, un equipo de paleontólogos descubrió algo asombroso en una cantera de Oxfordshire, Inglaterra: unas inusuales elevaciones en el suelo resultaron ser alrededor de 200 huellas de dinosaurios que datan del período Jurásico. Este hallazgo no solo es impresionante, sino que constituye el rastro de dinosaurios más grande del Reino Unido.

Las huellas pertenecen a diversas especies, incluidas gigantescos saurópodos herbívoros y temibles terópodos carnívoros. En particular, los investigadores sugieren que son huellas del Cetiosaurio, un coloso de 18 metros de longitud, y del Megalosaurio, un feroz depredador de 9 metros. Curiosamente, el Megalosaurio fue el primer dinosaurio en ser nombrado científicamente en 1824, lo que marca dos siglos de investigación paleontológica.

Emma Nicholls, paleontóloga de vertebrados en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford, afirmó: “A pesar de que el Megalosaurio ha sido estudiado por mucho tiempo, estos recientes descubrimientos demuestran que aún hay nueva evidencia por descubrir sobre estos fascinantes animales”.

Las huellas narran una historia

Las huellas de dinosaurios son un tesoro para los paleontólogos, ya que, aunque no existan restos óseos, siguen siendo fósiles de vital importancia. Estas impresiones en el barro son vestigios de la vida de eras antiguas, y pueden revelar detalles sobre el comportamiento, el entorno y las características de los organismos que habitaron esa área.

El estudio de la icnología (el estudio de las huellas) ofrece una ventana privilegiada hacia cómo era el mundo en el pasado. Cuando se combinan con restos fósiles, permiten construir una narrativa más completa sobre la vida de esos tiempos. Cabe destacar que esta “autovía” de huellas no es un hallazgo aislado; en 1997, se documentaron más de 40 grupos de huellas fósiles en otra cantera de piedra caliza en la misma región, proporcionando una visión valiosa de cómo vivían los dinosaurios en lo que hoy es Inglaterra durante el Jurásico.

La tecnología ha avanzado significativamente en casi 30 años, lo que permite a los paleontólogos recopilar información con mayor precisión. Este equipo de investigación tomó más de 20,000 fotografías de las huellas durante su excavación, lo que podría proporcionar información crucial sobre los animales que transitaron por esa área y su interacción.

Duncan Murdock, científico de la Tierra en el museo de la Universidad de Oxford, comentó: “La preservación es tan detallada que podemos ver cómo la pata del dinosaurio deformaba el lodo al apretarse y levantarse”. Además, las evidencias fósiles de otros organismos como conchas, plantas y madrigueras permitirán reconstruir el ecosistema de la laguna lodosa por la que caminaban los dinosaurios.

A medida que el estudio avanza, se espera encontrar aún más información valiosa sobre estas criaturas del Jurásico que dejaron su huella en la historia de nuestro planeta. Por el momento, el tamaño asombroso de las huellas y la diversidad de las criaturas las que las dejaron, nos recuerdan la magnificencia de los seres que una vez dominaron la Tierra.