Recientemente, la prensa británica ha resaltado el impactante caso de Oliver Bromley, un hombre de 41 años originario de Sudáfrica, que sufrió una desafortunada experiencia al ser expulsado de un restaurante en Londres debido a su desfiguración facial.

Oliver, quien padece neurofibromatosis tipo 1, una condición genética que provoca la aparición de tumores benignos en el cuerpo, relató a la BBC su angustiante vivencia. A pesar de que la condición que enfrenta no solo afecta su apariencia, sino que también representa un desafío diario, el incidente ocurrió mientras se encontraba en tratamiento en el King's College Hospital.

Durante un almuerzo fuera del hospital, el personal del restaurante, que ha decidido permanecer anónimo, le pidió que se marchara porque, según sus declaraciones, estaba "asustando a los demás clientes". Sin embargo, Oliver señaló que no había tenido oportunidad de causar incomodidad, ya que apenas había llegado cuando recibió la orden de salir.

"Fui al restaurante y, al hacer un pedido, me dijeron: ‘por favor, váyase’. No hubo suficiente tiempo para que alguien pudiera quejarse de mí, así que es evidente que no estaban contentos con mi aspecto", explicó Bromley, claramente dolido por la situación.

El caso ha tomado un giro legal, ya que Oliver ha decidido presentar una denuncia ante la Policía de Londres, que podría llevar a la formulación de cargos contra el restaurante por posibles "delitos de odio". Su voz no está sola; la ONG Nerve Tumours UK, que se dedica a apoyar a personas que sufren de neurofibromatosis, también ha respaldado su causa y exigido un cambio.

En un comunicado, la organización indicó que, a pesar de no haber recibido respuesta del restaurante involucrado, han encontrado un aliado en UK Hospitality, que se ha ofrecido a colaborar para aumentar la conciencia sobre la discriminación y el estigma que enfrentan las personas con condiciones similares.

A medida que avanza esta situación, la historia de Oliver Bromley subraya la necesidad urgente de fomentar la inclusión y empatía hacia las personas con desfiguraciones y condiciones de salud que marcan sus vidas. ¡Un recordatorio poderoso de que todos merecemos ser tratados con dignidad sin importar nuestra apariencia!