(CNN) – La Voyager 2, la emblemática sonda de la NASA que ha estado explorando los confines del espacio desde 1977, ha tenido que desactivar uno de sus instrumentos científicos vitales para conservar energía. En este momento, se encuentra a aproximadamente 20,900 millones de kilómetros de la Tierra.

El equipo de ingenieros que supervisa la misión envió una orden el 26 de septiembre para apagar el experimento de Ciencia del Plasma (PLS), esencial para investigar los vientos solares, utilizando la Red de Espacio Profundo. Esta red de enormes antenas de radio es capaz de comunicarse a través de vastas distancias cósmicas, enviando y recibiendo información que tarda hasta 19 horas en alcanzar su destino.

A pesar de la disminución en sus suministros de energía, la NASA confía en que la Voyager 2 continuará operando al menos un instrumento científico hasta la década de 2030. La icónica sonda ha estado enfrentando el desafío del agotamiento de su plutonio durante años. Tiene tres generadores termoeléctricos de radioisótopos que convierten el calor del plutonio en electricidad, pero la eliminación de instrumentos se ha vuelto una práctica habitual en estas últimas etapas de su misión.

Sin embargo, la NASA enfatiza que la desactivación de cualquier equipo de esta sonda, así como de su gemela, la Voyager 1, que fue lanzada 16 días después, es un gran desafío. “Hemos hecho todo lo posible para mantener operativos estos instrumentos, ya que los datos que recolectan son únicos y cruciales. Ninguna otra nave espacial operando actualmente ha estado fuera de la heliosfera, la burbuja que rodea a nuestro Sol”, declaró la agencia.

El experimento de plasma, que se basa en detectores que actúan como “copas” para captar información sobre el flujo de iones y electrones del Sol, ha sido fundamental para entender cómo los vientos solares interactúan con los planetas y el medio interestelar. Esta información ha permitido a los científicos confirmar que la Voyager 2 salió de la heliosfera en 2018, adentrándose en el espacio interestelar.

Desde su llegada a este espacio inexplorado, la Voyager 2 ha registrado datos limitados en los últimos años, afectada por su orientación con respecto al flujo de plasma, algo que ha complicado la recolección de información científica. Mientras la sonda sigue su curso, la comunidad científica mantiene la esperanza de que la Voyager 2 continúe brindando descubrimientos que siguen cambiando nuestra comprensión del universo.