Recientemente, un grupo de astrónomos de la ESA y la NASA ha logrado un descubrimiento sorprendente gracias a la inestimable ayuda del telescopio espacial Hubble. Los agujeros negros, esos misteriosos objetos del universo, no solo están allí, sino que también pueden ser los responsables de provocar explosiones en estrellas cercanas.

En un artículo prepublicado en arXiv por investigadores de la Universidad de Stanford, se detalla un fenómeno fascinante: un chorro de energía expulsado por el agujero negro supermasivo en el centro de la galaxia M87 parece estar desencadenando explosiones en enanas blancas, los restos de estrellas que han consumido su combustible nuclear. Alec Lessing, uno de los autores del estudio, afirma:

"No sabemos lo que está sucediendo, pero es un emocionante descubrimiento. Esto significa que necesitamos revisar nuestra comprensión sobre cómo interactúan los chorros de los agujeros negros con su entorno."

Lo más intrigante es que las estrellas que han explotado no están directamente en el camino del chorro de energía; en cambio, este parece esparcir partículas que eventualmente las afectan. Los investigadores han detectado un aumento notable en la actividad de, al menos, 135 novas en M87, adyacente al chorro de energía que se extiende a lo largo de 3,000 años luz. Este chorro, que alcanza temperaturas extremas y partículas que viajan casi a la velocidad de la luz, ha demostrado tener un impacto más allá de lo que se pensaba anteriormente.

Cada vez se hace más evidente que los chorros energéticos no solo atraviesan el vacío del espacio, sino que tienen la capacidad de influenciar otros sistemas estelares en su vecindad. Es posible que estos chorros estén extrayendo hidrógeno de las enanas blancas, lo que resultaría en erupciones más frecuentes de lo normal. Lessing especula:

"Pudiera ser que el chorro, de alguna forma, elimine el hidrógeno, causando estas erupciones, ya sea por un empuje físico o por la presión de la luz que emana de él. Si el hidrógeno se dispersa más rápidamente, los eventos eruptivos también ocurren más rápido."

Incluso se han planteado preguntas sobre la naturaleza de estas observaciones realizadas por el Hubble, sugiriendo que podrían haber ocurrido por mera casualidad, aunque esta teoría carece de evidencia sólida.

Esto no es solo un fenómeno aislado. Los chorros de energía han sido observados a lo largo y ancho del universo, siendo el más largo registrado de un tamaño impresionante: 23 millones de años luz, ¡140 veces la longitud de nuestra propia Vía Láctea! Esto pone en perspectiva la inmensidad del cosmos y la influencia de estos agujeros negros en la dinámica del universo.

El estudio de estas interacciones no solo nos abre la puerta a entender mejor la física de los agujeros negros, sino que también nos lleva a reflexionar sobre la complejidad del universo y cómo cada elemento puede jugar un papel crucial en la creación y destrucción cósmica. Mantente informado sobre los últimos desarrollos en astronomía y tecnología siguiendo nuestras actualizaciones.