Un reciente estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh ha revelado un hallazgo sorprendente: los lectores, especialmente aquellos poco familiarizados con la poesía, son incapaces de distinguir entre los versos de la Inteligencia Artificial (IA) y aquellos compuestos por autores renombrados como Emily Dickinson y Shakespeare. ¡Y lo que es más asombroso es que, en muchos casos, valoran la poesía generada por IA incluso más positivamente!

La investigación, que incluyó a más de 1,500 participantes, sugiere que esta preferencia puede deberse a la dificultad de los lectores para entender la complejidad de la poesía humana, que a menudo se basa en construcciones literarias más elaboradas, así como a la confusión generada por las incoherencias que pueden aparecer ocasionalmente en las producciones de IA.

Los resultados también indican que los voluntarios que no recibieron información sobre la autoría de los poemas tienden a preferir los textos generados por IA por su simplicidad y acceso, características que muchos consideran refrescantes en un mundo literario saturado de complejidades.

El estudio analizó a 1,634 personas, la mayoría de las cuales admitieron que leían poesía solo un par de veces al año. Un abrumador 90.4% del grupo se describió como 'poco familiarizado' con el género, lo que tal vez explique su inclinación hacia el contenido más accesible de la IA.

Curiosamente, se evaluaron diez poemas en total, cinco de ellos obras auténticas de poetas notables y cinco generados por ChatGPT3.5 imitándolos. Los hallazgos mostraron que los participantes tendían a creer que los poemas generados por la IA eran creaciones humanas, mientras que todos los poemas que menos probabilidades tenían de ser considerados de producción humana eran, de hecho, escritos por estos poetas célebres.

Los experimentos adicionales reforzaron este fenómeno, revelando que un conjunto distinto de 696 personas valoró nuevamente la poesía bajo catorce criterios como calidad, belleza, emoción, ritmo y originalidad. Los poemas creados por IA obtuvieron puntuaciones elevadas en atributos como ritmo y belleza, lo que contribuyó a su confusión con los escritos humanos.

Los resultados fueron sorprendentes: en un análisis en el que a los participantes se les dio información (ya sea que los textos eran de humanos o de IA), aquellos que no tuvieron acceso a esta información preferían, en su mayoría, la poesía generada por inteligencia artificial. Aquel desavío sugiere que los lectores quizás deban reconsiderar sus propias nociones sobre la autoría, valorando más la experiencia poética en sí que el origen del mismo texto.

Los investigadores concluyen que, en un mundo donde la poesía se encuentra cada vez más omnicomprendida, los lectores pueden, sin saberlo, estar buscando la accesibilidad que la IA ofrece en su creación. Los autores del estudio sugieren que esta preferencia podría resultar de la búsqueda de claridad y conexión emocional que a menudo se pierde en el estilo más complejo de las obras de autores reconocidos. ¡El futuro de la poesía está aquí, y está siendo escrito por máquinas! ¿Estamos preparados para este cambio radical en la literatura? ¡Déjanos saber tu opinión!