¡Una noticia que cambiará la historia de la exploración espacial! La NASA ha decidido llevar a cabo la destrucción controlada de la Estación Espacial Internacional (EEI), que concluirá su misión en el año 2030. Lo más impactante es que esta operación se realizará para asegurar que ninguna parte de la estación caiga en áreas pobladas de nuestro planeta.

La EEI, un monumento a la cooperación internacional, representa colaboraciones entre varios países y agencias, incluidos la NASA de Estados Unidos, Roscosmos de Rusia, la Agencia Espacial Europea (ESA), la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA).

Para llevar a cabo este complicado proyecto, la NASA ha asignado US$843 millones a la empresa SpaceX, que se encargará de desmantelar la estación y de implementar un nuevo vehículo que la sustituya en el espacio en un futuro cercano. Este nuevo vehículo tiene como objetivo continuar los experimentos científicos que se llevan a cabo actualmente en la EEI.

El proceso de desmantelamiento será exclusivo de la NASA, quien ha subrayado que, una vez que logren mover la estación a un lugar seguro, procederán a desintegrarla en la atmósfera. Esta decisión se toma debido al alto costo de operación de la EEI y a que su tecnología ha quedado obsoleta, además de haber sufrido varios daños estructurales a lo largo de sus años de servicio.

Interesantemente, el ex astronauta Ken Bowersox, quien ha tenido una carrera notable en la NASA, afirmó que el método de desorbitación elegido servirá como un modelo para futuras misiones, asegurando una transición responsable y segura al final de las operaciones de la estación.

Un nombre clave en esta emocionante misión será el vehículo que SpaceX construirá para llevar a cabo la destrucción controlada de la EEI, conocido como el Vehículo Desorbitado de los EEUU. Este ingenioso aparato guiará la estación hacia el 'Punto Nemo', un área del océano designada como el cementerio espacial por su ubicación remota y deshabitada.

El 'Punto Nemo', descubierto en 1992 por el ingeniero croata Hrboje Lukatela, no solo es un lugar fascinante, sino también el más inaccesible del planeta, a más de 1.600 kilómetros de cualquier costa. Es el sitio perfecto para que los restos de la EEI se desintegren sin riesgo para la humanidad, dejando atrás sólo un legado de innovación y un futuro brillante para la exploración espacial.

Con medidas como estas, la NASA no solo protege a la humanidad, sino que también se enfrenta al desafío de la obsolescencia tecnológica, buscando siempre avanzar hacia nuevas fronteras, con ambiciosos proyectos en el horizonte, como la construcción de enormes naves espaciales para colonizar otros planetas fuera del sistema solar. ¡El futuro de la exploración espacial será aún más emocionante! PM/ff