Ciencia

¡Increíble! Ratas Aprenden a Conducir y Demuestran el Poder de la Neuroplasticidad

2024-11-18

Autor: Valentina

La neurocientífica Kelly Lambert, de la Universidad de Richmond, ha estado investigando durante años el sorprendente fenómeno de ratas que han aprendido a conducir vehículos adaptados para ellas. En un revelador artículo en Live Science, Lambert comparte hallazgos fascinantes que respaldan la teoría de la neuroplasticidad del cerebro.

Este concepto se refiere a la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar a lo largo de la vida en respuesta a diferentes estímulos y demandas ambientales. Lambert explica que, tras muchas pruebas, sus investigaciones muestran que entornos complejos y estimulantes pueden mejorar esta neuroplasticidad.

Para llevar a cabo su investigación, trabajaron con ratas en condiciones enriquecidas, donde añadieron juguetes, más espacio y compañía de otras ratas. Las ratas que se criaron en estos entornos enriquecidos aprendieron a conducir más rápidamente que aquellas que vivían en jaulas normales. Este experimento no solo buscaba entender cómo el ambiente influye en el aprendizaje, sino cómo la adquisición de habilidades puede modificar el cerebro.

¿El resultado? Las ratas no solo aprendieron a manipular vehículos diseñados especialmente para ellas, sino que también comenzaron a disfrutar de la experiencia. Lambert eligió la conducción como una forma interesante de estudiar el aprendizaje en roedores y descubrió que las ratas se entusiasmaban genuinamente con esta actividad.

Inicialmente, las ratas aprendieron movimientos básicos, como subirse al vehículo y accionar una palanca. Con el tiempo, estos comportamientos se volvieron más complejos, logrando conducir hasta un destino específico. Para fomentar su aprendizaje, las ratas recibían como recompensa cereales Froot Loops al alcanzar sus objetivos de conducción.

En una sorprendente vuelta en su investigación, Lambert decidió cambiar el enfoque del estudio hacia cómo los eventos positivos impactan las funciones neuronales. Creó un nuevo concepto de investigación llamado UPER (Respuestas a Experiencias Positivas Impredecibles), en el que las ratas aprendieron a esperar recompensas. Al comparar a las ratas que esperaban con un grupo de control que recibía recompensas inmediatamente, Lambert encontró que aquellas que esperaban desarrollaron comportamientos más optimistas, tuvieron mejores resultados en tareas cognitivas y demostraron una mayor capacidad para resolver problemas.

En un fascinante experimento final, se probó si a las ratas realmente les gustaba conducir. Les ofrecieron un dilema: podían optar por un camino más largo conduciendo hacia el premio, o tomar un atajo a pie. Sorprendentemente, dos de cada tres ratas prefirieron conducir, lo que indica que no solo aprendieron a hacerlo, sino que además disfrutaban de la experiencia.

Este estudio no solo aporta una nueva perspectiva sobre la neuroplasticidad, sino que también resalta el impacto positivo de la anticipación y el aprendizaje en el comportamiento y bienestar de los animales. Sin duda, esta investigación innovadora podría tener implicaciones profundas no solo para nuestra comprensión de los roedores, sino también para el desarrollo de terapias en humanos que enfrenten desafíos cognitivos.