En un acto de valentía y desesperación, tres residentes de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) han iniciado una huelga de hambre para demandar condiciones académicas y laborales dignas. Este miércoles marcan su tercer día de ayuno voluntario, mientras clavan el puño en la mesa exigiendo acciones concretas de las autoridades nacionales y departamentales.

Estas jóvenes, quienes no solo enfrentan largas jornadas sin descanso, sino también un entorno laboral hostil, piden la creación de mesas de trabajo que promuevan nuevas políticas para evitar el maltrato hacia internos y residentes médicos. Mariana Ríos Paz, una residente que fue despedida de la Caja Nacional de Salud (CNS) en Santa Cruz tras denunciar abusos, se unió a esta causa en Cochabamba. "Es nuestra oportunidad de alzar la voz justo cuando se reunirán los representantes de la Comisión Nacional de Integración Docente Asistencial e Investigación (Cnidai)", comentó con determinación.

La situación es alarmante. Los huelguistas han relatado turnos de hasta 120 horas, sin acceso a alimentos ni descanso, lo que ha llevado a la desesperanza. Definitivamente, no se trata solo de unas pocas quejas aisladas. Estos abusos han sido parte de su día a día, afectando gravemente su formación y bienestar.

Por su parte, Cintia Rojas, directora del Servicio Departamental de Salud (Sedes), ha hecho un llamado al diálogo. Sin embargo, su declaración revela la falta de conocimiento sobre la normativa que establece que los turnos deben ser limitados a 24 horas. "Hemos observado que existe un desconocimiento general sobre esta norma, y por eso estamos disponibilizando información en nuestras páginas"., explicó.

La situación ha empeorado aún más después de la trágica muerte de Sebastião Peixoto Junior, un interno de Medicina que falleció en medio de denuncias chocantes de maltrato por parte de sus médicos tutores en el hospital Manual Ascencio Villarroel de Punata. Este triste suceso ha provocado una reacción de indignación y ha impulsado a sus compañeros a exponer las condiciones inhumanas que enfrenta el personal médico en los hospitales.

La normativa boliviana de Integración Docente Asistencial e Investigación (IDAI) establece claramente que todos los internos y residentes deben contar con un lugar adecuado para descansar y alimentarse durante sus turnos. Sin embargo, los testimonios de estudiantes pintan un panorama aterrador; muchos son forzados a dormir en las sillas o en el suelo debido a la falta de condiciones adecuadas. La situación es insostenible y necesita ser atendida de inmediato.

La comunidad médica y la sociedad en su conjunto deben unirse para presionar a las autoridades. Es crucial que se escuchen las voces de aquellos que, a pesar de sus sacrificios, merecen respeto y dignidad en su formación. Es momento de actuar y poner fin a esta violación de derechos en el sector salud.