La madrugada del domingo fue testigo de un intercambio sin precedentes de ataques con drones entre Ucrania y Rusia, que ha llevado la tensión en la región a niveles alarmantes. Según informes oficiales, ambas partes han recurrido a avances tecnológicos letales en un conflicto que parece no tener fin.

Las fuerzas ucranianas han logrado interceptar más de una docena de drones lanzados hacia la capital, Kiev, en un ataque que generó una alerta aérea que duró más de tres horas. El jefe de la Administracion Militar Regional de Kiev, Sergui Popko, confirmó que, afortunadamente, no se reportaron heridos, pero la amenaza de estos ataques sigue latente. “Las Fuerzas Armadas rusas lanzaron medio centenar de drones, incluidos vehículos aéreos no tripulados Shahed de fabricación iraní”, destacó Popko.

Los ataques no se limitaron solo a Kiev; otras regiones como Cherkasi, Kirovograd, Cherniguiv, Sumi, Poltava y Zhitomir también fueron blanco de bombarderos no tripulados. Durante la ola de ataques, las defensas antiaéreas ucranianas lograron derribar un total de 50 drones, tanto iraníes como otros tipos, según reveló la Fuerza Aérea del país.

En respuesta, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció la interceptación de 36 drones ucranianos en cinco regiones distintas. La región de Kursk fue la más afectada, donde se destruyeron 27 drones junto con dos misiles. Otros ataques tuvieron lugar en Lipetsk, Bélgorod y Briansk, todas áreas estratégicamente cercanas a la frontera con Ucrania.

Más allá de estos enfrentamientos, las fuerzas ucranianas lograron impactar en el corazón de la infraestructura militar rusa. Se reportó la destrucción de una estación de radar perteneciente al sistema de misiles antiaéreos S-400 en la región de Kursk, un área parcialmente ocupada por tropas ucranianas desde agosto. Este tipo de operaciones representa una escalada en las capacidades ofensivas de Ucrania.

A medida que ambos bandos continúan utilizando drones en sus estrategias militares, el conflicto se adentra en un capítulo más complejo y tecnológico, y las repercusiones para la seguridad regional son inminentes. Con la situación evolucionando día a día, el mundo observa con preocupación cómo las tensiones entre Ucrania y Rusia pueden afectar la estabilidad en Europa y más allá.