La distancia puede ser uno de los mayores desafíos en una relación. Sofía (nombre ficticio) comparte su experiencia tras un año y medio en una relación a distancia con su pareja, quien se encuentra a más de seiscientos kilómetros en Madrid mientras ella vive en Barcelona. "Lo que más nos ha costado ha sido la falta de contacto físico y no poder estar juntos en los momentos clave, sean buenos o malos", confiesa.

Entonces, ¿puede el amor sobrevivir a la distancia? Según Julia, de 37 años, la respuesta es un rotundo sí, pero requiere esfuerzo. Ella ha estado con su pareja durante siete años y asegura que "hay momentos difíciles donde uno desea tener al otro cerca, pero los encuentros que hemos tenido nos han fortalecido y nos han ayudado a construir un futuro juntos".

Las parejas que están separadas por la distancia enfrentan momentos complicados. "Cada uno tiene su propia vida, pero cada vez que nos vemos es como si el tiempo no hubiera pasado", explica Julia sobre su experiencia inicial de vivir en ciudades opuestas.

El trabajo del novio de Sofía, que lo lleva a viajar frecuentemente, ha provocado que hayan pasado largos períodos separados, lo que les ha obligado a adaptarse. "Con el tiempo, te acostumbras y la distancia se convierte en parte de tu relación", indica. Mantener un diálogo constante es clave para ellos, compartir sentimientos, novedades y soluciones a las discusiones.

Conectarse a través de la tecnología es fundamental. Sofía explica que, aunque se ven cada dos semanas, videollamadas y mensajes constantes les permiten vivir la cotidianidad juntos. "Tener muchas conversaciones sobre lo que sentimos es lo que nos ayuda a mantener la comunicación y conexión emocional", afirma.

Para la psicóloga Carolina Palau, planificar encuentros regulares es fundamental para mantener viva la chispa. "Estar sintonizados y tener un proyecto a largo plazo da un sentido a la relación. Las parejas deben ser creativas para mantener la cercanía, aprovechando actividades digitales como ver películas o jugar en línea juntos", añade.

La sexóloga Silvia Catalán también sugiere que la distancia no debería ser un impedimento para la intimidad. Cibersexo y sexting son herramientas que pueden ayudar a mantener la conexión emocional y física a pesar de la lejanía. Además, menciona que existen juguetes sexuales que se pueden controlar a distancia, lo que agrega un elemento de diversión a la sexualidad de parejas a larga distancia.

A pesar de que quieran estar juntos, tanto Sofía como Julia reconocen que viven un amor que, aunque puede ser complicado, también tiene sus ventajas. Julia comenta que la distancia les ha permitido crecer en sus respectivas carreras profesionales sin descuidar su relación. "Al final, la distancia hace que valoramos aún más cada encuentro", asegura.

Sin embargo, tanto Sofía como Julia coinciden en que no quieren que esta dinámica de distancia se prolongue indefinidamente. "Estamos discutiendo sobre mudarnos juntos", confiesa Sofía, mientras Julia comparte que extrañar a su pareja a veces se convierte en un bello recordatorio de lo que se tienen el uno al otro. En definitiva, el amor a distancia es un desafío, pero no es imposible. La clave está en la comunicación, la creatividad y el esfuerzo mutuo para hacer que funcione.