Ciencia

La Batalla Heroica de Campesinos Peruanos para Salvar sus Tierras del Cambio Climático

2024-10-12

Autor: Isidora

María Rodríguez Macedo, una valiente campesina de 54 años, no se deja vencer por el dolor del cáncer que ha enfrentado durante los últimos cuatro años. Desde antes del amanecer, se levanta para trabajar la tierra que ha cultivado su familia por generaciones, en la región de Áncash, ubicada a casi 4.000 metros de altura en la imponente Cordillera Blanca. Allí, ella y otras 96 familias luchan contra un enemigo inesperado: el cambio climático, que está devastando sus tierras, secando sus campos y contaminando sus ríos.

La situación crítica se refleja en el Río Negro, fuente de agua vital para alrededor de 2.000 personas de la provincia de Olleros. Desde hace poco más de 30 años, sus habitantes notaron un cambio alarmante en el color del agua, que pasaba de ser cristalina a tornarse naranja y ácida, lo que llevó a la desaparición de las truchas que allí habitaban. De acuerdo con investigaciones del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), esto se debe a la corrosión de rocas con sulfuro, expuestas por el acelerado derretimiento de glaciares. Este fenómeno ha causado que el agua ya no cumpla con los estándares de calidad ambiental.

Además de estas peligrosas alteraciones en el ecosistema, el cambio climático ha intensificado las lluvias y heladas en la región. Simeón Cruz, presidente de la comunidad Cordillera Blanca, menciona que este año la producción agrícola se ha reducido a la mitad en comparación con épocas anteriores. "El agua ácida no permite que las plantas crezcan adecuadamente", explica.

A medida que la salud de la comunidad se deteriora, los estudios realizados por investigadores, como el toxicólogo Angelo Bravo, revelan altos niveles de metales pesados como hierro, cobalto y litio en el agua del Río Negro, lo que representa un riesgo grave para la salud humana. María Rodríguez teme que su cáncer se deba al consumo de esta agua contaminada y lamenta la pérdida de vidas en la comunidad, mostrando un panorama sombrío para aquellos que dependían del río para su supervivencia.

Pero no todo está perdido. Desde 2013, los campesinos han tomado medidas activas para rescatar sus tierras. Se formó el Comité de Investigación Agropecuaria Local (CIAL), que trabaja en conjunto con investigadores de la Universidad Nacional Santiago Antúñez de Mayolo y el Instituto de Montaña. Mediante documentaciones de diversas especies de flora y fauna en sus terrenos, los agricultores buscan entender mejor las amenazas a su tierra. Una de las acciones que tomaron fue construir un canal para desviar el agua del Río Negro, utilizando juncos y totorillas con propiedades de absorción de metales, logrando mejorar el pH del agua y comenzando a ver resultados alentadores.

Además, en 2022 desarrollaron pastizales resistentes a la sequía, combinando especies de trébol y utilizando abono natural. El esfuerzo comunitario ha valido la pena, ya que la producción de leche ha aumentado considerablemente.

Sin embargo, los campesinos enfrentan fuertes desafíos estructurales. A pesar de que se han realizado promesas por parte del gobierno regional para invertir en infraestructura hídrica, como represas, aún no se han implementado soluciones efectivas. La lucha por la recuperación de sus tierras se complica cada año, ya que la mayoría de las veces deben priorizar las actividades económicas que les permiten llevar comida a sus hogares.

La voz del biológico Julio Palomino es clara: el drenaje ácido de las rocas es una amenaza para toda la región de Áncash, donde más del 55% de los glaciares ya se ha perdido. Esta situación no solo afecta la calidad del agua, sino que también pone en peligro el sustento de miles de familias campesinas.

María Rodríguez, motivada por sus tres hijas, sigue luchando por un futuro mejor. Con su esfuerzo diario, espera sanar y mostrarles el valor de la perseverancia. "No importa lo difícil que sea. Trabajo en la tierra porque mis hijas necesitan de mí. No me rendiré", asegura con determinación. Su historia es un poderoso recordatorio de la valentía y el espíritu de lucha de quienes permanecen firmes ante la adversidad.