Este lunes, la Corte de Apelaciones de Valparaíso reafirmó la condena impuesta a Valeria Cárcamo por las graves injurias que realizó en redes sociales contra Sebastián Sichel, actual alcalde de Ñuñoa. La justicia chilena ha dejado claro que las palabras tienen consecuencias y que la difamación ya no será tolerada.

La Corte desestimó el recurso de nulidad presentado por la defensa de Cárcamo, respaldando así la sentencia previamente dictada por el Juzgado de Garantía de Viña del Mar. En este fallo, se le impuso una pena de 61 días de reclusión menor en su grado mínimo, además de la suspensión de su cargo público y una multa equivalente a 6 UTM.

El abogado de Sichel expresó que están muy satisfechos con la resolución y subrayó que las afirmaciones de Cárcamo, que insinuaban que el alcalde estaba vinculado a un célebre caso de corrupción, fueron un intento deliberado de deshonrar su imagen. Dichas expresiones fueron consideradas como una afrenta clara a su honor y prestigio, constituyendo de este modo injurias graves.

Es importante destacar que Valeria Cárcamo cumplirá su pena en libertad debido a que se le otorgó una remisión condicional. Esto significa que estará bajo la supervisión de la unidad de Gendarmería CRS más cercana a su hogar durante un año, marcando un período de vigilancia que podría influir en su futuro.

Este caso abre un debate en la sociedad sobre la responsabilidad que tenemos al utilizar plataformas digitales, recordándonos que la libertad de expresión no es sinónimo de impunidad. La gente se pregunta: ¿Hasta dónde se puede llegar en la crítica pública sin cruzar la línea hacia la difamación? Sin duda, este fallo es un llamado de atención para todos los usuarios de redes sociales.